El 28 de octubre de 1889, el secretario de Gobierno, Ángel G. Ortíz, envió a los munícipes un ocurso en el que expresaba: “la prolongación hasta la playa de la calle de <<El Ayuntamiento>>, ocupando las propiedades que la interceptan en la manzana no. 4, es una necesidad de pública exigencia, como la comprenden los miembros de esta Corporación, y que, por tanto, estamos obligados a satisfacer.” El Jefe Político aceptó la iniciativa en ese sentido y dejó el asunto a dictamen de la Corporación de la ciudad de La Paz. En el mismo ocurso del 28 de octubre se informó al Ayuntamiento acerca de los costos que se debían de erogar para emprender dicho asunto. Con base en los datos que recogieron las autoridades, los gastos que se debían de erogar eran los siguientes: $ 500.00 pesos por el valor del solar y casa del Sr. Brígido Preciado; 500.00 pesos por el valor del solar perteneciente al Sr. Santa María; 287.69 pesos por la reconstrucción a línea de calle de la casa de Manríquez; 80.00 pesos por el cambio de la casa de madera de la Sra. Flores; 15.00 pesos por la demolición de la casa de Preciado, limpia de terreno, etc., etc., y 20.00 pesos por el cambio a línea de calle de una casa pequeña del Sr. Santa María y cambiar las cercas, etc.; el Sr. G. Ruffo había otorgado a las autoridades 100.00 pesos en favor de la mejora, por lo que el total de los costos para abrir la calle fue de 1,302.69 pesos. Como los ingresos municipales eran insuficientes para poder disponer de esa cantidad sin perjuicio de las demás atenciones de la ciudad, la Comisión opinó que se recurriera a un préstamo, señalando que “al 1% que se consiguiera sólo afectaría los fondos municipales con la insignificante cantidad de 13.00 o 14.00 pesos mientras se amortiza.” Se advirtió, además, que todas las personas que tenían propiedades en la parte que se iba a ocupar para emprender el trabajo habían autorizado ceder lo que se necesitara de solar, en los términos y condiciones que se constataran. Así, se solicitó al Ayuntamiento que se sometieran la aprobación de las siguientes disposiciones:

 

1ª = Procédase a la apertura de la parte de la calle de “El Ayuntamiento”, comprendida entre el callejón de “Las Delicias” y la playa.

2ª = Se autoriza al Presidente del Ayuntamiento para que inviertan en dicha obra hasta la cantidad de $ 1, 500.00.

3ª = Se faculta al mismo C. Presidente para que se pueda agenciar esa cantidad por medio de un préstamo y estipular el interés correspondiente, expidiendo al efecto el documento o documentos que sean necesarios.

 

Al día siguiente, en sesión del 29 de octubre de 1889, se dio cuenta al Ayuntamiento del dictamen anterior y fueron aprobadas las proposiciones en todas sus partes por unanimidad y con dispensa de trámites.

           

     En el mismo mes de octubre del año 1889 (se desconoce el día con exactitud), fueron notificadas las autoridades acerca de la aceptación de la apertura de la calle por parte de algunos ciudadanos. El que suscribía que como apoderado del Sr. Dr. Mariano Santa María notificó que estaba conforme con ceder la parte de su solar al Ayuntamiento para la apertura o continuación hacia la playa de la calle llamada “Ayuntamiento”, bajo las siguientes bases:

 

1º.- Que se le pague previamente, como indemnización del solar y árboles que cede, la cantidad de $ 500.00.

2º.- Que se le alinea a la misma calle la pequeña casa de madera que está en la brea calle contigua a la casa de la Sra. F. de Flores.

3º.- Que se hagan por cuenta del Ayuntamiento los cercos del solar que necesitará al abrirse dicha calle.

 

Por su parte, el Sr. Brigido Preciado acordó ceder al Ayuntamiento parte del solar de su propiedad, ubicado en la manzana núm. 4, para la prolongación hasta la playa de la calle de “El Ayuntamiento”, bajo las siguientes condiciones:

 

1º.- Cede de su solar, sólo la parte que toma la calle y la faja pequeña que queda al lado del solar actualmente de la propiedad del Dr. Dórtenes Becerra, reservándose el lote que queda al lado de la casa de D. Jesús Manríquez.

2º.- Tanto por el solar que cede como por la parte de la casa que haya que destruir, se le pagará previamente a la apertura de la calle, quinientos pesos.

3º.- Quedan a su favor los escombros y materiales que se obtengan de la demolición de la casa, y los cercos que se encuentren dentro del lote de solar que cede.

 

     Un ocurso expresaba que, en octubre de 1889, la Sra. Francisca B. de Flores tuvo un convenio verbal con el síndico Ángel G. Ortíz y con el Jefe Político, Gral. Bibiano Dávalos, por el cual cedió dicha señora al Ayuntamiento de esta ciudad un lote de solar de su propiedad en el cual tenía construida una pequeña casa de madera que interceptaba la calle “Ayuntamiento” hacia donde terminaba la calle de las “Delicias”. El Ayuntamiento, en cambio de dicho solar, se comprometió a ceder a la referida señora B. de Flores otro pequeño lote de solar que obtuvo por compra del Sr. Brígido Preciado, y que quedó situado al ser abierta la expresada calle “Ayuntamiento”, en su acera Sur. Al verificarse el cambio, dicha casa fue colocada por la corta extensión del terreno tomando parte de la calle, debido a esta circunstancia, la Corporación Municipal esperó buscar el medio de colocar la casa a la línea de calle o darle algún otro solar donde pudiera ser colocada.

           

     El 20 de julio de 1892, Francisca B. de Flores expresó, en un escrito dirigido al H. Ayuntamiento de La Paz, que “por acuerdo del ciudadano Jefe Político y Comandante Militar de este Territorio, se procedió a prolongar la calle del Ayuntamiento para la playa dando frente a la Bahía de este Puerto. El mismo ciudadano Jefe Político acordó que se nos indemnizaría a los vecinos cuyos solares se ocuparon con la apertura de dicha calle y como hasta la fecha ni se me ha colocado mi casa como se me ofreció ni se me ha indemnizado de los perjuicios que he sufrido, suplico se sirva acordar que se coloque la casa de mi propiedad en el lugar que deba ocupar definitivamente, se me extienda el título de propiedad del terreno y se me acuerde la correspondiente indemnización por perjuicios que he sufrido con la apertura de la calle y la ocupación de mi solar.”

 

     A fin de dar término a este asunto, la Sra. Francisca B. de Flores y el Sr. Rafael Ozuna, como síndico en representación del Ayuntamiento, celebraron el siguiente contrato de permuta:

 

1ª. La señora Francisca B. de Flores ratifica en todas sus partes el convenio verbal que celebró con el Sr. Jefe Político Gral. Bibiano Dávalos y el Síndico del Ayuntamiento Sr. Ángel G. Ortíz en octubre de 1889, y, en consecuencia, declara que cede y traspasa al Ayuntamiento de esta ciudad todos sus derechos de propiedad que tenía en el solar que desde aquella cedió a la Corporación Municipal y ésta ocupó para prolongar la calle “Ayuntamiento”, expeditando su tránsito hasta la playa.

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2ª. Que dicho solar era parte del que en treinta de junio de mil ochocientos setenta y nueve el Ayuntamiento adjudicó a la Sra. Eutimia de Santa María, de quien lo obtuvo por compra-venta, según consta de la escritura respectiva de que hace entrega al expresado sindico, y en la cual consta que sus dimensiones eran: diez varas tres cuartos en la línea de la calle “Las Delicias”, interceptando la del “Ayuntamiento”; diez varas tres cuartos en su línea del fundo paralela a la del frente; y veintitrés varas en cada uno de sus lados.

 

3ª. El Sr. Rafael Ozuna, con el carácter que tiene y con aprobación del Ayuntamiento, en cambio del expresado solar, cede a la Sra. Bello de Flores otro lote de solar situado en la acera sur de dicha calle del “Ayuntamiento”, cuyas medidas son: veintitrés metros cincuenta centímetros a la línea y frente de esta calle; nueve metros en su costado colindante con solar de la Sra. Eutimia de Santa María; y veinticuatro metros por el fondo en colindación con solares de Jesús Urbano y Dórtenes Becerra, formando una superficie triangulada; y cuyo solar es parte del que del que para la apertura a la misma calle obtuvo por compra-venta la Corporación Municipal del Dr. Brígido Preciado.

 

4ª. Ambos contratantes declaran que el valor de sus respectivos solares es de doscientos pesos y que en este contrato no existe la lesión prevista por el art. 1658 del Código Civil, y por tal motivo renuncian el remedio de la recisión y los cuatro años que para interponerlo concede el art. 1666 del mismo Código, quedando, tanto la Sra. B. de Flores como el Ayuntamiento, obligados recíprocamente a la revisión y saneamiento.

 

5ª. Declaran los contratantes que de esta escritura privada de permuta se han sacado tres ejemplares iguales con las estampillas correspondientes, dos para cada una de las partes contratantes y uno para el registro público.

 

Fueron testigos de la celebración de este contrato los señores Pablo Breton e Ignacio Güereña, y firmaron para constancia en La Paz a los veinte días del mes de diciembre de 1894.