Crónicas de Economía Política
No.3
LA NATURALEZA COMO MERCANCÍA EN EL CAPITALISMO SUDCALIFORNIANO
Gilberto Piñeda Bañuelos
A la economía capitalista que domina a Baja California Sur, México y el Mundo suele llamarse ECONOMÍA DE MERCADO sin agregar el adjetivo de CAPITALISTA; pero si la ECONOMÍA DE MERCADO es aquella donde se producen todos los bienes de consumo individual y productivo con el propósito de venderse y obtener en ese acto de cambio una ganancia, entonces, las MERCANCÍAS no se producen con el objeto de satisfacer las necesidades sociales sino de obtener una ganancia, y por lo tanto, no puede dejar de identificarse como MERCADO CAPITALISTA.
No está de más observar que en la economía capitalista, el mercado toma dos formas: el MERCADO PARA LA ACUMULACIÓN que es el dominante y es el que controlan las compañías capitalistas de todos los tamaños, y el MERCADO PARA LA SUBSISTENCIA que si bien está subordinado al funcionamiento del capitalismo, sin ser el dominante, es utilizado por una parte importante de la población que para poder satisfacer sus necesidades sociales se ve en la necesidad de incorporarse a este CIRCUITO DE MERCADO, a título personal o familiar, que no tienen nada que ver con el propósito que tienen de las compañías capitalistas; existe por otra parte una parte de la población que se encuentra por fuera del CIRCUITO DE MERCADO que produce sus propios bienes para satisfacer sus necesidades sociales, en otras palabras producen para consumir, o compran para vender y con el producto de su venta, sus familias puedan obtener otras mercancías para subsistir.
Bastaría reproducir aquí la definición de CAPITALISMO con palabras sencillas que en 2005 dijeron las comunidades indígenas zapatistas en un escrito llamado Sexta Declaración de la Selva Lacandona “Al capitalismo lo que más le interesa son las mercancías, porque cuando se compran y se venden dan ganancias. Y entonces el capitalismo todo lo convierte en mercancías, hace mercancías a las personas, a la naturaleza, a la cultura, a la historia, a la conciencia. Según el capitalismo, todo se tiene que poder comprar y vender. Y todo lo esconde detrás de las mercancías para que no vemos la explotación que hace. Y entonces las mercancías se compran y se venden en un mercado. Y resulta que el mercado, además de servir para comprar y vender, también sirve para esconder la explotación de los trabajadores”.
¿Qué quiere decir esto?
Si las mercancías dan ganancia estas se materializan en valores monetarios. Teóricamente en el pensamiento marxista domina la idea de que el valor de las mercancías está determinado por el tiempo de trabajo vivo y muerto socialmente necesario para producirlas que se expresa en el mercado como valor de cambio, es decir como valor monetario, o sea como precio; dicho de otra manera: el trabajo vivo es el que se realiza al producir las mercancías y el trabajo muerto es el trabajo pasado materializado en los transportes, los edificios, las maquinas y la materia prima; en esta óptica no hay duda de que la fuente del valor es el trabajo humano; obviamente, sin dejar de considerar que además del valor y valor de cambio que son las formas del valor de las mercancías, para que esos valores se puedan materializar en el mercado deben poseer un valor de uso que se asocia a la utilidad que tienen las mercancías para satisfacer las necesidades sociales de las personas. Sin valor de uso no es posible materializar el valor de cambio y por lo tanto, tampoco se puede transformar la plusvalía en ganancia.
A manera de ilustrar los componentes del valor de una mercancía en algún complejo industrial hipotético de alguna compañía capitalista hipotética, tenemos lo siguiente: una parte del valor se encuentra en las edificaciones, instalaciones, las máquinas y el equipo que es una parte del capital constante (c) que es capital fijo; la materia prima, la energía y el combustible que también es parte del capital constante que es parte del capital circulante; donde el capital constante es trabajo muerto materializado, es decir un valor pretérito, es decir trabajo socialmente necesario incorporado por la fuerza de trabajo en procesos de producción anteriores; la otra parte del valor es el que producen los trabajadores durante la jornada laboral y que se le incorpora a las mercancías, que también es identificado como capital variable (v) que es la otra parte del capital circulante y tiene dos componentes: uno, equivalente al valor de la fuerza de trabajo que se produce en una parte de la jornada laboral materializado en forma de salario, y la otra parte es la plusvalía (p) que es el valor adicional producido por la fuerza de trabajo en la otra parte de la jornada laboral pero que se apropian los propietarios de la compañía capitalista de nuestro ejemplo, en forma de ganancia una vez que las mercancías encuentren su contravalor en el mercado.
La materia prima a la que hemos hecho referencia, para producir cualquier tipo de mercancía en el mundo proviene invariablemente de la naturaleza. Siguiendo la interpretación anterior, ella no tiene valor porque no es producto del trabajo humano, sino producto del tiempo fisico-químico y/o biológicamente necesario para su formación; en cambio, como veremos más adelante, solo tiene valor monetario en forma de precio cuando el mercado se lo asigna, las tierras, los productos marinos y terrestres, el agua natural de los ríos y manantiales, etc.; sin embargo, cuando la naturaleza se transforma por la incorporación de trabajo humano en materia prima, en ese momento pasa de ser un valor de uso a una mercancía industrial en uno o varios procesos.
El CAPITALISMO SUDCALIFORNIANO se desarrolla en un amplísimo territorio de más de 73 mil kilómetros cuadrados con más de 1 mil 200 kilómetros de litoral entre playas, valles y montañas, y una buena cantidad de superficie de Áreas Naturales Protegidas, en el norte (Reserva de la Biosfera de Vizcaíno) y en el sur (Reserva de la Biosfera Sierra de la Laguna), donde vivían en 2020 más de 798 mil habitantes distribuidos en cinco municipios: más de 64 mil en Mulegé, más de 18 mil en Loreto, más de 73 mil en Comondú, más de 292 mil en La Paz y más de 351 mil en Los Cabos. Aunque la ECONOMÍA DE MERCADO se extiende a todo el territorio, se concentra mayormente en tres ciudades: Cabo San Lucas, San José del Cabo y Cabo San Lucas; donde es más notoria la diferencia entre las clases sociales económicamente antagónicas: solamente el 6.9% de la población ocupada son empleadores, que son micro, pequeños y medianos empresarios, y una cantidad muy grande de ellos son los capitalistas de las grande compañías productoras y distribuidoras de mercancías; aunque aquí se incluyen también a los altos funcionarios de los tres niveles de gobierno; por otro lado están los trabajadores asalariados que representan el 72 % que son finalmente quienes con su trabajo producen la plusvalía en la esfera de la producción o ayudan a realizarla como ganancia en la esfera de la distribución de mercancías; pero también están los trabajadores por cuenta propia que representan el 18%; es decir, la mayoría de la población son trabajadores ¡el 90%!; así está la estructura de clases sociales en el capitalismo sudcaliforniano.
Hacer visible la naturaleza como mercancía en el capitalismo sudcaliforniano es nuestro propósito en las siguientes líneas:
Un ejemplo: en la Laguna Ojo de Liebre en la delegación de Guerrero Negro en el municipio de Mulegé, durante algún el tiempo de trabajo físico-química y biológicamente necesario se produce de manera natural la sal, que así producida no tiene valor por no ser producto de trabajo humano, aunque el mercado le impone un precio; cuando en ese territorio se incorpora la fuera de trabajo para producir cloruro de sodio para el mercado de materias primas industriales, la sal natural se transforma en mercancía-sal para la industria química, alimentaria y otras industrias; y es que en el mercado capitalista de la sal, el 93% de la mercancía producida se utiliza para para el consumo productivo en la industria química y el 4% para la industria alimentaria y sólo el 3% para el consumo humano.
Si deseáramos saber el destino en el mercado mundial de la 9 millones de toneladas anuales de cloruro de socio industrial que produce la compañía capitalista Exportadora de Sal S.A. en 40 mil hectáreas de terreno rentadas a 5 ejidos; una compañía que es propiedad 51% del gobierno de México y 49 % de la compañía capitalista global Mitsubishi Co., casi 8.4 millones de toneladas se utilizarían en la industria química, solo 360 mil toneladas para la industria alimentaria y únicamente 270 mil toneladas como sal de mesa; a valores monetarios de mercado de 2020, la Mercancía Sal producida en Guerrero Negro era de 18. 20 dólares equivalente a un valor de cambio anual de 163 millones 800 mil dólares, una parte se encuentra materializado como trabajo muerto (de Medios de Producción) y el resto como trabajo vivo (Salarios + Plusvalía) generada por 1 mil 3000 trabajadores asalariados de los cuales, el 55% están sindicalizados. La Sal Industrial producida en Guerrero Negro está destinada para el mercado mundial capitalista, que dicho sea de paso, está dominado por la compañía capitalista co-propietaria, la Mitsubuishi Co. a través de compañías capitalistas adláteres; como ejemplo basta leer unas notas periodísticas publicadas en 2017:
“A través de un entramado de operaciones y contratos para la explotación, traslado y comercialización de la sal mexicana, las empresas de participación estatal Fideicomiso de Fomento Minero (Fifom), Baja Bulk Carriers (BBC) y Exportadora de Sal (ESSA), benefician cada año con más de mil millones de dólares a Mitsubishi Co. (MC) …. La relación entre Baja Bulk Carriers y Mitsubishi Co. le ha generado múltiples beneficios económicos directos e indirectos al vasto y diversificado grupo de empresas de Mitsubishi… Los más de mil millones de dólares de ganancia de Mitsubishi los obtiene de diferentes formas y rubros, a partir de la red de empresas que han permitido y tolerado los funcionarios públicos de la Secretaría de Economía, a pesar de las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
"Por ejemplo, un 70% del transporte de la sal que contrata BBC, lo realizan barcos de la NYK, empresa naviera parte del Grupo MC, por un monto aproximado anual de 100 millones de dólares. También se beneficia con el cobro por el barco de 60 mil toneladas métricas de desplazamiento, que fue contratado ilegalmente por BBC por 15 años, llamado Buenaventura, que es de NYK: NGB; siendo la inversión total en el barco de unos 110 millones dólares.
"El combustible de los barcos que tiene arrendados BBC, que anualmente consumen un total aproximado de 30 mil toneladas métricas, los surte Mitsubishi Energy Corporation (MEC) para un monto anual de 15 millones de dólares. Además, todos los seguros contra riesgos, contingencias, vida y servicios médicos de BBC son provistos por Tokio Marine Insurance, también parte del grupo Mitsubishi. Las primas anuales son por 200 mil dólares, lo que representa cerca de 14.5% de los gastos administrativos de BBC … Y también, todas las cuentas y pagos de BBC y preponderantemente las de ESSA se manejan a través de Union Bank, que es parte del grupo de Mitsubishi Financial Services operando en Estados Unidos. Transacciones que le generan ganancias al corporativo, pero se desconoce el monto”.
Como vemos, la Mitshubishi Co. no es cualquier compañía capitalista, es una compañía global, diversa y que por la nota periodística acostumbra utilizar la especulación y el soborno, a través de sus compañías adláteres asociada a la Mercancía sal: Mitshubishi Energy Corporation, la Tokio Marine Insurance, la Union Bank, la Mistsubishi Financial Services y la Baja Bulk Carriers; pero hay muchas otras esferas de la producción de la que forma parte en las industrias automotriz, química, papelera, energética, etc.
Otro ejemplo: en la región Pacífico Norte se reproduce durante algún el tiempo de trabajo biológicamente necesario, la langosta que tampoco no tiene valor por no ser producto de trabajo humano mientras no se realice su captura, pues en el momento de iniciar el proceso de producción pesquera que va por lo regular del 15 de septiembre al 15 de febrero de cada año inicia la incorporación de valor (trabajo humano socialmente necesario para su producción), manteniéndola viva o congelada, como una mercancía destinada al mercado mundial, principalmente asiático y más específicamente al mercado chino, se habla de una producción anual de 1 mil 200 toneladas con una valor monetario en el mercado de 50 dólares por kilo; lo que significa un valor de cambio equivalente a 60 millones de dólares; la diferencia con la sal de Guerrero Negro, es que esta mercancía aunque se destina al mercado capitalista mundial, no la produce alguna compañía capitalista; por el contrario, paradójicamente, las producen como mercancías empresas no capitalistas, organizadas como sociedades cooperativas de producción pesquera de la región pacífico norte; al parecer por ocho cooperativas que agrupa a 1 mil 225 socios que se encargan en las diferentes etapas del proceso de captura y producción de Langosta incorporándole tiempo de trabajo socialmente necesario, es decir, valor; y aquí está la otra diferencia con la producción de la Sal, en esta caso la parte del plusvalor o la plusvalía generado por la fuerza de trabajo y materializada en el mercado mundial en forma monetaria, es apropiado colectivamente por la sociedad cooperativa, que teóricamente se distribuye equitativamente de acuerdo al trabajo aportado por cada uno de los más 1 mil 225 trabajadores socios de la Cooperativa.
Sin embargo, debo repetir que no toda mercancía es producto del trabajo humano y es el caso de la naturaleza que el mercado capitalista la ha convertido en una mercancía: por ejemplo, el paisaje que se observa desde el malecón y desde las playas de la Bahía de La Paz no es producto del trabajo humano y sin embargo se compra y se vende; los delfines, las ballenas, el tiburón ballena, y los lobos marinos que se observan no son producto del trabajo humano y sin embargo se compra y se vende tan sólo su observación, etcétera. Para eso el capitalismo ha inventado una actividad económica que llama Ecoturismo bajo el supuesto de que este beneficia a la población local definido por la Semarnat como “modalidad turística ambientalmente responsable consistente en viajar o visitar áreas naturales sin perturbar y con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales del paisaje o cualquier manifestación cultural que pueda encontrase ahí. Se realiza de manera que promueva la conservación, tiene bajo impacto ambiental y propicia el involucramiento activo y socioeconómicamente benéfico para la población local”, pero nunca menciona, tampoco tienen que hacerlo, que los principales beneficiarios son las compañías capitalistas que lo promueven desde las tour operadoras globales o desde los macrodesarrollos turísticos e inmobiliarios como Puerta Cortés en Costa Baja y muchas otras pequeñas y medianas compañía capitalistas de menor alcance.
Leonardo Garibay Castorena, Casanorte, 2020
Esta definición es más bien un eufemismo pues el desarrollo capitalista que está empujando muy fuerte la clase política, los desarrolladores turístico-inmobiliarios y los urbanistas afines al poder, aunque de paso promueven el Ecoturismo, prefieren ser promotores de un desarrollo capitalista del tipo Cabo San Lucas-San José del Cabo, que es un modelo depredador.
Pocas son las personas de la localidad que pasean por la bahía de La Paz observando los delfines y los lobos marinos, mucho menos buceando al lado de un tiburón ballena, hacerlo es una práctica casi exclusiva para fines turísticos. Hay que precisar que la naturaleza se encarga de producirse así misma en una duración de tiempo física y biológicamente necesario.
Por ejemplo los colores del crepúsculo de los atardeceres por el Mogote o los amaneceres por el cerro atravesado, dicen los que saben que hay tres tipos de crepúsculos: el crepúsculo astronómico es el que se forma en el “periodo antes del amanecer y después de la puesta del Sol en el que el centro del disco del Sol se encuentra entre 12° y 18° por debajo del horizonte”, el crepúsculos náutico es el que se forma en el “periodo antes del amanecer y después de la puesto del Sol en el que el centro del disco del Sol se encuentro entre 6° y 12° por debajo del horizonte. Comienza cuando las estrellas más brillantes se vuelven visibles, y es el periodo en el cual el horizonte del mar permanece visible para observar las alturas de los objetos celestes”, y el crepúsculo civil que es el que se observa en el “período antes del amanecer y después de la puesta del Sol en el que el centro del disco del Sol se encuentra a menos de 6° por debajo del horizonte”; es el caso que las compañías capitalistas que utilizan a la naturaleza como mercancía estudian muy bien las mejores vistas de la bahía, los tiempos del día y meses del año, y entonces empiezan a ocupar el territorio y a construir su hoteles y conjuntos residenciales para el mercado capitalista, que tengan a la vista la variedad de colores entre el amarillo y el azul pasando por los naranja, morados y violetas, para eso están los arquitectos y los urbanistas afines a este tipo de proyectos.
Leonardo Garibay Castorena, Casanorte, 2020.
El ejemplo más conocido de naturaleza convertida en mercancía por el capitalismo que más ha promovido en el mercado ecoturístico mundial es la Ballena Gris, pero ella no tiene como refugio la Bahía de La Paz, ella prefiere por su biología la Laguna Ojo de Libre, la Laguna de San Ignacio, Bahía Magdalena y cercanías; para eso tienen que viajar 12 mil kilómetros desde los mares de Bering, Chukchi y Beaufort en Alaska; no son pocas, en la temporada 2018-2019 llegaron desde el norte 830 ballenas de las cuales 268 eran ballenatos y 562 hembras adultas; mientras que otras notas periodísticas dan cuenta que a mediados de enero habían arribado 54 ballenas de las cuales 38 eran hembras y 14 ballenatos, y se esperaban la llegada de 800 ballenas durante la temporada de 2020; que dicho sea de paso llegarán a comprar el avistamiento en el mercado ecoturístico, alrededor de 12 mil turistas, la mayoría de ellos extranjeros.
Otro ejemplo de como la naturaleza se produce así misma en un tiempo biológicamente necesario para producirse y reproducirse es el caso del Tiburón Ballena que se observa en la parte poniente de la barra arenosa de El Mogote que tiene una longitud de 11.5 kilómetros y que según el plan de manejo es uno de los peces más grandes del mundo pues llegan a medir hasta 20 metros con promedio de 12 metros, existe en aguas de 23 países y llegan a viajar hasta 13 mil kilómetros, aunque en México el habitat es estacional, y los que habitan en la Bahía de La Paz, son fundamentalmente juveniles y las crías nacen con una longitud de 50 a 60 centímetros con un peso cercano al kilogramo, que son cuidadas por las hembras en el lugar de nacimiento. La zona de refugio del tiburón ballena abarca toda la costa poniente de El Mogote, la zona I en la parte central y la Zona II en el extremo sur y la zona III en la boca de acceso a la ensenada de La Paz que abarcan 22 mil 749 hectáreas. La Semarnat reconoce la vulnerabilidad no solo del Tiburón Ballena sino de su habitat, pues uno depende del otro y viceversa, y sin embargo no les importa tener frente a las Zona de Refugio dos complejos turístico-inmobiliarios de grupos y compañías capitalistas conocidos como Paraíso del Mar y Entre Mares que pronto abarcará toda la barra arenosa del Mogote, y en frente a la Zona II de refugio se encuentra el macroproyecto Costa Baja del grupo Puerta Cortés con su marina, sus hoteles, su zona residencial y su campo de golf; amén del impacto que representan las embarcaciones y turistas que avistan el Tiburón Ballena, que aunque está controlada por el plan de Manejo, esto no durará mucho tiempo, pues la temporada de avistamiento abarca muchos meses, por ejemplo en la temporada anterior inició en octubre de 2019 y concluyó en mayo de 2020; mientras que la temporada actual es del 15 de diciembre de 2020 al 30 de abril de 2021.
SDPNoticias, 2020
El Sudcaliforniano, 2019
Más ejemplos de cómo la naturaleza se produce así misma en un tiempo biológicamente necesario para producirse y reproducirse son los Delfines que se desplazan por la ensenada y la bahía de La Paz. En los estudios originarios que se hicieron hace dos décadas, en él dicen los que saben que hay tres variedades de Delfines: el Jorobado, el Aleta Mocha y el Aleta Blanca, que se desplazan por la ensenada de ida y vuelta desde Punta Prieta hasta el Estero del Zacatal y hasta la zona poniente del Mogote; esto no ha variado sustancialmente ya que no es casual que se vean muy seguido los delfines desde el malecón y acompañando invariablemente a las embarcaciones que viajan hasta las islas de Espíritu Santo y Cerralvo; o bien la conocidas como Delfin Común de Rostro Corto y Delfín Naríz de Botella que se vararon cerca de Pichilingue a inicios de 2018, 54 en total, de los cuales fallecieron 21 de ellos, atendidos por la Profepa. Por eso, el dragado en años recientes y el que actualmente ha autorizado la Semarnat a la Administración Portuaria Integral (API), no solo afectaría a la reproducción y recorrido de los delfines, sino de otras especies marinas, incluyendo los cultivos de callo de hacha y almeja frente al barrio del Manglito, así lo ha denunciado un colectivo de académicos; en concreto lo que dicen es que el <<”proyecto de dragado, construcción de un muelle, rehabilitación de los terraplenes y rampa de botado en la playa El Manglito>>, pone en riesgo a especies marinas protegidas y al sitio Ramsar humedales de El Mogote- Ensenada de La Paz”. A mi modo de ver, el muelle, la rampa y los terraplenes son solamente la fachada de lo que realmente está detrás de los dragados en la ensenada, el que se hizo en el 2018 y el que ahora se anuncia: un proyecto capitalista que intenta convertir a la ensenada de La Paz en una gran Macro Marina, como ya se puede ver con la que ha sido construida pocos a poco frente al nuevo hotel de varios pisos que se construye en Vista Coral; y resulta sospechoso además que en el Manglito en el predio del antiguo Hotel Los Cocos entre el Gran Baja y La Posada se anunció hace algunas semanas el inicio de la construcción de una complejo residencial exclusivo llamado Al Mar Residencial.
Excelsior, Profepa, 2018
Otro ejemplo más de como la naturaleza se produce así misma en un tiempo biológicamente necesario es el Dorado y el Lobo Marino. En el caso del Lobo Marino tiene su refugio en la isla Espíritu Santo, se habla de varias decenas de ejemplares que tienen su vida reproductiva en los meses de junio, julio y agosto, se dice en un reportaje periodístico que tan solo en la isla de San Rafaelito existen alrededor de 140 ejemplares. En cuanto al Dorado, dicen los que saben que el Dorado es una especien epipelágica que tiene su hábitat en mares tropicales y subtropicales, ecológicamente importante por tratarse de un depredador tope en el ecosistema pelágico, tiene corta vida y rápido crecimiento y llegan a alcanzar más de 190 centímetros y 30 kilogramos de peso, aunque en las costas sudcalifornianas el Dorado alcanza una talla de alrededor de 80 centímetros; se encuentra todo el año en las costas de Baja California Sur y en el caso de la Bahía de La Paz se mueve desde Pichilingue a hasta el Califín pasando por el Quelele en la costa poniente de la barra arenosa de El Mogote. Esta y otras especies está reservada a la pesca deportiva, que aunque la practican los locales que tienen alguna capacidad económica para tener embarcaciones deportivas en realidad la mira esta puesta en los turistas extranjeros, sin embargo causó revuelo un intento de propuesta legislativa que intenta liberar el Dorado, que a mi modo de ver es la expresión de una fuerte contradicción entre diferentes fracciones del capital, por un lado, están las compañías capitalistas que promueven la pesca comercial del Dorado y por otro las que promueven la pesca turístico-deportiva; obviamente que la clase política de todos los partidos que no se resisten a los cantos de sirena del mercado turístico, se oponen rotundamente a la liberación del Dorado. Por supuesto nadie ha pensado de que el Dorado que hasta ahora es una mercancía para el mercado turístico deje de serlo para que se convierta en una fuente de alimentación de la población, y que solo pueda ser capturado por las familias de pescadores ribereños y nunca más por la compañías capitalista. Esto no encaja en un proyecto capitalista.
El Sudcaliforniano, 2019
Por lo anterior, está claro que el capitalismo “todo lo convierte en Mercancía, hace mercancías a las personas, a la naturaleza, a la cultura, a la historia, a la conciencia”, o sea que la naturaleza se convierte en un valor de cambio, que cuando se vende produce ganancia.
Como hemos visto, las mercancías aludidas no han sido producto del trabajo humano: la Sal, la Langosta, el Paisaje, la Ballena Gris, los Delfines, el Tiburón Ballena, los Lobos Marinos, el Dorado y muchas otras especies que tenemos en la bahía de La Paz y todo el litoral sudcaliforniano, el capitalismo los ha convertido en mercancías, para un mercado turístico que cada vez más apunta a un desarrollo capitalista basado en hoteles, bares, restaurantes, marinas, embarcaciones deportivas, casinos, zonas residenciales y condominios, emulando el desarrollo capitalista del corredor Cabo San Lucas-San José del Cabo; y por lo tanto, pronto habrá una fuerte contradicción entre diferentes fracciones del Capital en la búsqueda de la ganancia capitalista, lo que se conoce como “fuego amigo”. Aquí lo importante es hacer conciencia anticapitalista que ayude a frenar la depredación, el despojo y la desigualdad, para cuando se agudicen las contradicciones, hacer lo que se pueda para construir algo diferente desde lo local y a pequeña escala.
La Paz, Baja California Sur, actualizado al 5 de abril de 2021
(Versión Original: 14 de febrero de 2020)
Leonardo Garibay Castorena, Casanorte, 2020.