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Crónicas Urbanas

No. 14

El paisaje natural y urbano de la ciudad de La Paz 

visto por Francisco Arámburo

Gilberto Piñeda Bañuelos

Francisco Arámburo Salas nació en La Paz  el 30 de diciembre de 1930 casado con  Judith González Isais, padres de Aldo Arámburo González y abuelos de Francisco y Joaquín; es hermano de Graciela, Beatriz y María Elena, hijos de Francisco Arámburo  Mendoza que nació en El Triunfo el 4 de octubre de 1904 y de Graciela Salas Solersi nacida en Culiacán  el 14 de abril de 1907; nieto por línea paterna de Carlos Arámburo y Francisca Mendoza, Pachita, y por línea materna de Pablo Salas y Dolores Solersi. Los hermanos y hermanas de sus padres, sus tíos, por línea paterna fueron María Luisa, Carlos, Carmen y Enrique Arámburo Mendoza, y por línea materna Daniel, Luis, Aurora, Lolita y Rosalba Salas Solersi.

 

    Una familia paceña de la primera mitad del siglo XX muy conocida que vivió en una casa antigua de una planta ubicada en la esquina de las calles 5 de Mayo y Madero, en el mero Centro Histórico, y que en la década 1940 en el cuarto de la esquina Doña Graciela instaló una tienda de revistas y dulcería que al paso del tiempo los cuartos de la misma casa  se convertirían en almacén de la tienda hasta que dio forma a lo que los paceños conocimos como la Librería Arámburo y se cambiaron a la antigua casona de un costado por la Madero que amplió y  remodeló en aquellos años el arquitecto o ingeniero Pompeyo Tello con un estilo que se aproxima al Art Decó que por cierto destaca respecto al resto de la edificaciones antiguas que todavía existen por la calle Madero.

    En mi afán por reconstruir la imagen urbana de La Paz de antes  y recobrar la memoria de lo que fue el paisaje natural de sus alrededores, me encuentro en el Archivo Histórico Pablo L. Martínez con cientos de fotografías del paisaje urbano de La Paz de la primera mitad del siglo XX, todas en blanco y negro, y en archivos personales solo algunas de ellas pintadas manualmente en color; pero de pronto aparecen fotografías de La Paz en color, algunas en los archivos personales y otras por la Internet, que ahora sabemos empezaron a tomarse en la segunda mitad de la década de 1950 y se difundieron ampliamente en las décadas de 1960 y 1970 y probablemente hasta la primera mitad de la década de 1980. Eran las postales a color que tomaba Paco, como le conocemos los paceños, que la mayoría de ellas se editaban e imprimían en San Diego, solo algunas, muy pocas,  editadas en México y se distribuían en la Librería Arámburo.

    En un correo electrónico que me escribió Paco en respuesta a unas preguntas que le hice motivado por la colecta de fotografías en blanco y negro que yo había hecho en el Archivo Histórico Pablo L. Martínez y unas cuantas fotografías históricas en color, entre ellas unas tarjetas postales suyas, me dijo:  “Las primeras tarjetas postales que hice fueron siete. Era el año de 1955, y abarcaban principalmente el Malecón, la Catedral y el Palacio de Gobierno. Tuvieron mucho éxito y luego mandé hacer más y más de otros lugares, incluyendo Cabo San Lucas, Mulegé, y sitios como la Isla de Espíritu Santo…  La gente las compraba y las enviaba a sus lejanos destinos, con lo cual se produjo una especie de relación a distancia, y muchos vinieron de otros lugares a visitar... y aun a quedarse aquí. También fue definitivo el artículo publicado en Reader’s Digest y traducido a varios idiomas en Julio de 1973 'Baja California Sur: Donde el mar y el desierto se unen'. Recibí muchas cartas preguntándome información al respecto. Ya para entonces las postales sumaban miles y miles, y se tenían que mandar hacer más ya sea de las mismas o nuevas. Recibía correspondencia de los más lejanos lugares preguntándome detalles de esos lugares. Todo iba muy bien, pero las cámaras digitales vinieron a terminar con las postales, pues los visitantes venían, tomaban fotos con sus teléfonos y las mandaban directamente a sus amigos alrededor del mundo… Una bonita época para La Paz se acababa en aras del modernismo”. Quiero aprovechar estas palabras para describir algunas de esas históricas postales de La Paz, pero antes hay que decir algo sobre Paco el fotógrafo y las postales:

    Tanto la fotografía como la tarjeta postal tienen su origen en el siglo XIX, pero la llamada época de oro de las postales puede fecharse en el primer cuarto del siglo XX cuando aparecieron fotógrafos y casas editoras que reprodujeron una gran cantidad de postales en el mundo tanto de personas como del paisaje urbano y natural. El mercado mundial de las postales se expandió.

    En México, en la época de oro de las postales visitan el país algunos fotógrafos extranjeros que trabajaron para casas editoras como por ejemplo la “Sonora New Company” y los fotógrafos Percy S. Cox y Winfield Scott o la Detroit Postal Universal y el fotógrafo William Henri Jackson; y una editora nacional muy conocida la Compañía México Fotográfico editora y comercializadora de postales fundada en 1925 de la familia Sánchez Pedrero en Veracruz que fotografiaron, editaron y distribuyeron postales de muchos pueblos y ciudades en todas las entidades del país, incluida la ciudad de La Paz, cuyas postales en blanco y negro se identificaban con las siglas MF que hay muchas en los archivos históricos del país.

    Todo hace indicar que hasta mediados de la década de 1950 las postales de MF en blanco y negro eran de las que se vendían en la Librería Arámburo antes de que Paco empezara a tomar fotografías de La Paz para distribuir las postales en color que se venderían  en la  Librería Arámburo, que dicho sea de paso, para 1962 ya tendría un edificio moderno en sustitución del antiguo en el mismo lugar pero ahora con el nombre de Librería y Distribuidora Arámburo S.A. frente lo que se llamó en ese entonces la Plaza Constitución donde alguna vez estuvo la antigua Casa de Gobierno en toda la manzana; era  un edificio comercial de tres niveles con grandes ventanales que fue diseñado por el arquitecto Hernández España quien fuera el mismo que diseñara el edificio del moderno palacio de Gobierno  de la calle Isabel la Católica.

    Paco se acercó al gusto de la fotografía desde muy joven tomando fotos familiares y me dice que por ese gusto, su tía Rosalba  le regaló una cámara Browni “de cajón” para negativos en blanco y negro que le permitió multiplicar el gusto por la fotografía. En aquel tiempo aparecen las diapositivas a color y llegaron a La Paz las antiguas cámaras de fuelle Turist que utilizaba rollos 620 para ocho exposiciones; que se vendía precisamente en la Librería Arámburo además de las revistas. Paco se enteró, supongo por las revistas o porque había estudiado en el Colegio en los Estados Unidos,  que en San Diego, California,  la compañía H.S. Croker editaba e imprimía tarjetas postales a color, así que tomo una Turist de las que se vendían en la Librería Arámburo como dice él, tomó las primera siete fotografías (bueno en realidad tomo ocho pero una de ellas la descartó) y las envió a San Diego y así empezó ponerse la mirada de Paco en el paisaje paceño, natural y urbano, entre las primeras se encuentran, recuerda, la Catedral de Nuestra Señora de La Paz, el crepúsculo desde el Malecón, el Muelle, el parquecito Cuauhtémoc, entre otras. Para las postales que siguieron se utilizó el rollo 35 mm de 36 o 20 exposiciones utilizando cámaras Canon y Nikon.

    Paco se considera a sí mismo un fotógrafo “sencillista, un simple observador de la naturaleza, y solo me concreto a recoger las imágenes que flotan a mi alrededor, capturando la belleza de un momento  que será quizá como un granito de eternidad” como dice en una entrevista; así es, la imagen fotográfica tiene esa virtud, que nos permite en cada presente o en cada futuro saber que pudo haber pasado en la realidad; pero Paco, a mi modo de ver, no solo es un paisajista natural sino también un fotógrafo del paisaje urbano.

    Podemos decir que la década de 1960 fue la década de oro de las postales FA (siglas de Francisco Arámburo, que anticipaban al número de la postal), se volvieron a tomar las primeras siete y le siguieron muchas más; fueron miles de postales las que se distribuyeron, pues de cada 10 nuevas postales se reproducían 2 mil 500, las de una sola imagen eran de la serie 000, las de tres imágenes 300 y las de cuatro 400; por ejemplo, tenemos a la vista 15 postales tomadas por Paco, pero solo comentaremos cuatro de ellas a manera de ejemplo.

    La postal de la vista aérea de la ciudad de La Paz, la ensenada y el Mogote debió ser tomada por Paco en un vuelo de finales de la década de 1950 o en los primeros dos años de la década de 1960,  que seguramente lo hizo con algunos amigos que le apoyaban para este tipo de tomas, como él mismo nos lo contó;  en la foto se advierte la presencia de dos barcos, uno atracado y otro fondeado en el canal, y varias embarcaciones menores en la parte sur del muelle y al fondo los manglares, los esteros y las dunas característicos de El Mogote; lo interesante de la panorámica aérea son las edificaciones antiguas que dominan toda la ciudad y solo se advierte a la vista una gran construcción “moderna” que era el Hotel Perla de aquella época; al centro destaca la antigua Casa de Gobierno en toda la manzana con su gran jardín interior, el jardín Velasco con su Kiosco y la parroquia de Nuestra Señora de La Paz con su atrio bardeado; y a sus alrededores se ven claramente las puertas y puerta-ventanas rectangulares verticales en la gran mayoría de las edificaciones; se observa una ciudad muy arbolada, diríamos excesivamente, lo cual supone una ciudad sombreada de manera natural.

    La postal  de la Parroquia de Nuestra señora de La Paz debió ser tomada por Paco a mediados de la década de 1960, así lo deja ver el texto escrito al reverso de la postal que dice localizarse frente a la Plaza Constitución que fue el nombre que se le dio al lugar después de haberse  demolido el kiosco del jardín Velasco y la antigua Casa de Gobierno; en la foto vemos el atrio de la catedral arbolado en su interior   que está cerrado por una barda de piedra que en la parte superior tiene un celosía de cemento con orificios rectangulares verticales separados por pilastras de piedra y al centro un pórtico de entrada con dos columnas que tienen como remate un capitel y dos grandes faroles de cuatro caras; al fondo las torres y la portada de la iglesia de piedra junteada; al frente dos vehículos de algunos años anteriores a la foto, uno convertible y otro cerrado.

    La postal de la playa de El Coromuel debió ser tomada por Paco a finales de la década de 1960 o principios de la década de 1970 por los rasgos de los vestidos de playa, las palapas y la construcción del primer plano de la foto; al fondo la formación rocosa donde se encuentra la terraza original abierta y techada en forma semicircular inclinada emblemática de El Coromuel, ya desaparecida por la modernidad; en la arena las tradicionales bancas de madera, las sobrillas de tela que empezaban a llegar a La Paz y las ya tradicionales palapas con techo de palma, y a un costado la imponente gran piedra semicúbica y en las faldas del cerro la terraza con techo de palma.

    Las postales del crepúsculo del Malecón y de  las cristalinas aguas de Puerto Balandra que debieron ser tomadas por Paco a finales de la década de 1950 y principios de la década de 1970, respectivamente; son una evidencia, entre decenas, del paisaje natural visto por Paco; no hay paceño, paceña y visitante que no hayan contemplado con sus propias miradas el colorido de las gamas rojo-naranja-amarillo del crepúsculo desde el malecón. En la imagen aparece la silueta de las palmeras de coco que se introdujeron a la vegetación urbana de la ciudad hace muchos años, dos personas platicando (una de ella era el gerente del hotel Perla en aquella época que paseaba por el Malecón, me comenta Paco) y una embarcación que por su perfil, era una canoa de madera, anclada muy cerca de la orilla; mientras que en la imagen de la playa de Balandra se puede observar en detalle la vida submarina y sobre la superficie marina una embarcación de fibra de vidrio que empezaba sustituir a las de madera, ahora con motor fuera de borda y una caña de pescar, y al fondo el horizonte que divide el cielo y el mar. Paco se había bajado de su lancha para registrar esta extraordinaria imagen de las transparentes aguas de balandra.

    Esta crónica es entonces un homenaje a otro fotógrafo paceño, Paco, en este caso un fotógrafo paisajista por excelencia, pero además es el fotógrafo del paisaje urbano y natural de la ciudad de La Paz y del vasto territorio sudpeninsular que le tocó vivir la transición, entre el blanco y negro y el color, entre los negativos y las diapositivas, entre la foto familiar y la foto pública como fueron las postales; unas postales cuyas imágenes del paisaje urbano se tomaron justo en  la época donde La Paz de antes transitaba a  La Paz que quiso y quiere ser modernizada, a riesgo de desaparecer para siempre la imagen urbana histórica de la ciudad de La Paz, y con ella el patrimonio cultural edificado.

    Ahora, para el mercado ya no son necesarias las postales, como dijo Paco, repito sus palabras:  "Todo iba muy bien, pero las cámaras digitales vinieron a terminar con las postales [...] Una bonita época para La Paz se acababa en aras del modernismo".

(*) Publicada en la página de Opinión del periódico El Sudcaliforniano el viernes 22 de enero de 2016.

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Antigua Escuela primaria No.47, ca.  década de 1920, Archivo Personal de Alicia Duarte Cota.

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Parroquia de Nuestra Señora de La Paz a mediados década de 1950. Archivo Personal de Francisco Arámburo Salas

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Playa del balneario El Coromuel a principios de la década de 1970, Archivo Personal de Francisco Arámburo Salas.

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Crepúsculo en el malecón de La Paz a finales de la década de 1950 y Embarcación en las aguas cristalinas  de Puerto Balandra a inicios de la década de 1970,  Archivo Personal de Francisco Arámburo Salas.

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