Crónicas Urbanas
No.8
Caminando Santa Rosalía, pasando por la Fundición (*)
Gilberto Piñeda Bañuelos
En los últimos 10 años, he visitado Santa Rosalía con cierta frecuencia, por dos razones: una primera razón es personalísima porque formo parte de una organización solidaria sin fines de lucro que ahora está construyendo un Archivo Histórico del Movimiento Social Sudcaliforniano (AHMSS) y que ha venido acompañado a un centenar de obreras que maquilan calamar en las plantas coreanas y china, que fueron despedidas injustificadamente; una segunda razón, motivo de esta crónica, es estrictamente académica pues existe el interés por construir con la fotografía antigua la historia gráfica del puerto que se formó al finalizar el siglo XIX como centro minero-siderúrgico a partir del establecimiento de una compañía extranjera dedicada a la exploración, extracción, producción y exportación de cobre: la “Compagnie du Boleo”.
Hace unos días visité de nuevo Cachanía por esas dos razones, pero solo me referiré a una de ellas en esta crónica. Pues bien, tres jóvenes estudiantes que están por concluir su carrera en el Instituto Tecnológico Superior de Mulegé, María Eunice Villavicencio González, Adriana Guadalupe Ramírez López y Manuel Enrique Verdugo Villavicencio, como parte de su servicio social han emprendido hace algunos meses la tarea de tomar fotografías en el mismo lugar en que fueron tomadas hace 50, 70, 100 o más años y con ellas interpretar las transformaciones urbanas y el grado de conservación o de destrucción del patrimonio cultural edificado que existe actualmente en el puerto patrimonial de Santa Rosalía (digo patrimonial, porque hay un Decreto Presidencial del 5 de diciembre de 1986 que lo declara Zona de Monumentos Históricos, lo cual supone un status de protección por parte del INAH); con las tomas fotográficas que realizaron y con el apoyo técnico para los diseños de fotocomposición y microlocalización que realizaron otros estudiantes de servicio social del Instituto Tecnológico de La Paz para otro proyecto, el viernes 19 de junio se llevó a cabo una conferencia gráfica en Santa Rosalía con el apoyo de los responsables de vinculación, difusión y comunicación del Tecnológico; así que viajé la noche anterior en autobús.
Viajar en autobús es más cómodo, aunque no tan barato pues ida y vuelta casi llega a los 2 mil 500 pesos, pero como la juventud se me ha acumulado tanto, así que pague la mitad como adulto mayor, como ahora se dice. La llegada fue de madrugada y como suelo hacerlo, camino un poco por el centro histórico de Santa Rosalía a disfrutar el paisaje urbano que es impresionante, imaginando lo que fue la vida de los trabajadores cuando salían a esas horas, en la madrugada, de sus casas a permanecer en las agotadoras jornadas laborales en los socavones de las minas y de los obreros en la calurosa fundición, y también imaginando lo que pudo haber sido de la vida de los accionistas, administradores y técnicos franceses de la época de la “Compagnie du Boleo” en la antigua Mesa Francia; luego me enfilo camino hacia el barrio de Nopalera, a veces por arriba precisamente por la Mesa Francia, a veces por abajo caminando a un costado de la carretera al norte pasando por la fundición y por el Chute, como fue en esta ocasión, a visitar a dos viejos amigos, Carmen y Armando (no por viejos, sino porque hace mucho que los conozco), a “gaviotear” café, pan, y si se puede aceitunas, frijoles y tortillas de harina; pero en esta ocasión, tocó la casualidad que no estaban, parece que se habían venido a La Paz, pero no fue en balde, pues se disfrutan las mañanas en “Cachanía” (porque más tarde, un “calorón”), así que me regresé otra vez caminando y me hospedé en un hotel a un lado de la antigua fundición, aunque me regresaría de nuevo en el autobús de la noche, para llegar a La Paz en la madrugada del sábado como llegue.
Como el tecnológico está en una loma a la salida a La Paz, desde donde se observa un hermoso panorama; entonces, había que tomar un taxi pues no tenía en ese momento el habitual “raite” del Armando, y cuál fue la suerte que entre plática y plática con el chofer, resultó ser un ex obrero de la Compañía Minera Santa Rosalía, que había trabajado 30 años como tornero en la fundición desde 1955 hasta 1985 cuando cerró la compañía (me dijo que había nacido en el poblado minero de Purgatorio y que había hecho su primaría en otro poblado, en San Luciano donde sigue de pié el famoso Tiro Williams), hijo de un minero que había trabajado para el Boleo; como la plática quedó inconclusa, quedamos de vernos entre las doce del día y tres de la tarde, horas en que él atiende la antigua Casa de Fuerza donde en el pasado (a finales del siglo XIX y principios del siglo XX) se generaba electricidad para la fundición, para las minas y para el pueblo, donde ahora hay un interesantísimo museo industrial, medianamente conservado pero con un entorno industrial en completo abandono, muy descuidado y casi destruido, a pesar de ser patrimonio cultural edificado dentro del polígono de Zona de Monumentos Históricos.
Nos despedimos momentáneamente para iniciar la conferencia gráfica en la sala audiovisual del Instituto Tecnológico Superior de Mulegé, conjuntamente con la estudiante Eunice Villavicencio, que aunque hubo poca asistencia, al final los comentarios destacaron la importancia que tendría esta metodología grafica para la historia urbana de Santa Rosalía y de cualquier pueblo de Mulegé, de tal suerte que uno de los asistentes, Antonio Ramírez Castro, que por cierto forma parte de un colectivo de “Cachanía” que publica fotografías históricas en las redes sociales a través del “Rincón Boleriano” donó para el proyecto de investigación gráfica del Centro de Documentación de Historia Urbana centenares de fotografías históricas digitalizadas del puerto de Santa Rosalía y de sus habitantes, de Mulegé pueblo y de San Ignacio, lo cual agradecemos profundamente.
Durante la conferencia y la reunión posterior con las autoridades del Tecnológico surgieron varias ideas y propuestas de colaboración Académica ITESMulege-UABCS que desde la visita anterior se habían contemplado como por ejemplo la posibilidad de publicar una serie de artículos sobre “Una breve historia de los pueblos mineros de los municipios de La Paz y Mulegé” en forma de folleto o de libro; la incorporación a partir de agosto de nuevos estudiantes del tecnológico al programa de servicio social para dar continuidad al trabajo que ahora se está realizando, y algo muy importante, que podría ser trascendente para Santa Rosalía, que es la posibilidad de integrar estudiantes de la carrera de Ingeniería Industrial a un proyecto de rehabilitación y reconstrucción de la antigua fundición de la Compagnie du Boleo para convertirlo en el Museo de Historia donde se reconstruya el proceso de producción y fundición de cobre de finales del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX que sería destinado para conservar la memoria minera del pueblo de “Cachanía”; y eso, muy bien lo pudieran iniciar al menos tres estudiantes con un servicio social y concluirlo en una residencia para titulación colectiva; antes de que la desmantelen por completo o que el tiempo o el mercado destruyan para siempre a la antigua fundición.
La conferencia empezó cerca de las 12 del día y concluyó cerca de las 2 de la tarde, y el tiempo se agotaba para poder hacer la entrevista con el chofer de taxi, ex obrero de la compañía, tornero de la fundición y ahora cuidador y facilitador del museo industrial, que como me lo había advertido, él se retiraba a las tres de la tarde; afortunadamente gracias a la ingeniera Desiré, una de las coordinadoras de Difusión y Comunicación del tecnológico me ofreció un “raite”, para llegar a tiempo a la tan ansiada entrevista con Don José Rubén Corona Robles, quien tuvo la atención de atenderme y concederme una breve entrevista pero con una enorme riqueza testimonial, que incluiré en otra crónica, pues cuenta con lujo de detalle el proceso de fundición de cobre y valdría la pena reproducir; que por cierto será de gran utilidad para el nuevo proyecto de rehabilitación y reconstrucción de la fundición para un museo de historia de la minería en Santa Rosalía.
(*) Publicado en la página de Opinión de El Sudcaliforniano el domingo 26 de julio de 2015.