top of page
Encabezado.jpg

Crónicas Urbanas

No. 18

La 18 de Marzo, una histórica

escuela primaria que no debe desaparecer (*)

Gilberto Piñeda Bañuelos

Con tristeza, nostalgia, enojo y rabia,  muchos paceños recibimos la noticia que  a partir del ciclo escolar 2016-2017, la Secretaría de Educación Pública cerrará la Escuela Primaria 18 de Marzo por donde pasamos miles de niñas y niños paceños.   

 

    Se justifica el enojo y la rabia de los niños, niñas, padres de familias y egresados, al saber que ya no habrá más escuela 18 de marzo. La desaparición de la Escuela Primaria 18 de Marzo ha provocado una crisis familiar y de identidad cultural muy fuerte,  no sólo entre los padres de familia que tenían  hijos en la 18 y que los iban a inscribir ahí mismo en el siguiente ciclo escolar; sino también en adolescentes, jóvenes, personas adultas y adultos mayores, que alguna vez tomamos clase en la vieja escuela 18 de marzo anterior a la década de 1960 que debieron ser más de 60 generaciones y de la moderna escuela 18 de marzo a partir de la década de 1960 que debieron ser más de 50 generaciones de niños y niñas, y algunos años de al menos tres  generaciones de la UABCS que iniciaron sus estudios en ese edificio en 1976.

    El gobierno no deja claro si el edificio se va a demoler parcialmente en el piso superior en riesgo de colapso, según dicen,  o se va a demoler totalmente, y si esto último sucede, no queda claro si el predio seguirá siendo propiedad pública o se piensa privatizar; niños y niñas de la 18 y padres de familia, no saben a ciencia cierta que va a pasar con el inmueble, que por cierto resultan admirable las palabras de una niña de 5º año en un video que circula en las redes sociales, que habla fuerte contra las autoridades educativas, llama a la sociedad y a los padres de familia a defender la escuela 18 de marzo, explica con mucha claridad la relación de la escuela con alumnos y ex alumnos,  y  se opone tajantemente a que desaparezca; incluso llega a considerar  al lugar donde se ha edificado su escuela como parte del patrimonio cultural de los paceños.

    Si el edificio se demuele parcialmente y se refuerza la colindancia que se encuentra en riesgo de colapsarse, como dicen, es importante que se continúe con el funcionamiento de la escuela primaria; por el contrario, si existen razones técnicas suficientes y necesarias para que sea demolido totalmente, es necesario que el predio se conserve como propiedad pública y se reconstruya el edificio para que siga funcionando como escuela primaria, y en este caso, una de las opciones es el rescate el lenguaje arquitectónico  de la antigua Escuela No.3 y se elabore el nuevo proyecto de escuela primaria, con el mismo nombre de 18 de Marzo.

    Para reforzar el rescate de la escuela primaria 18 de marzo, sigamos esta crónica con algunas referencias históricas.

 

    El parvulito Cristóbal Colón, las escuelas primaria No.1., No.2 y No.3 (18 de marzo), la secundaria y la preparatoria Morelos fueron las históricas escuelas de muchos niños, niñas, adolescentes y jóvenes paceños; a ellas se suman la 20 de noviembre, la 8, la Nocturna, el Colegio de La Paz, la Academia Comercial Salvatierra, la Madero, la Carranza, la Simón Bolivar, la Torres Quintero, la Robles, entre otras, y mucho antes, en las primeras décadas del siglo XX la Escuela Industrial (que dicho sea de paso, en la década de 1920 era dirigida por mi bisabuelo Isidro Isais Cedano teniendo como Secretario Contador  a Don Carlos M. Cornejo).

 

    Una vieja casona del siglo XIX ubicada en la calle central esquina con el callejón Delicias, fue adquirida por el gobierno para establecer ahí una escuela de primeras letras, después llamada Escuela Primaria No.3 que posteriormente recibió el nombre de  18 de marzo, de donde hemos egresado miles de paceños. Todavía vivimos muchos de los que en la décadas de 1940 y 1950 asistimos a la escuela 18 de marzo que era aquella vieja casona ampliada con más salones, un patio, un corredor y un teatro al aire libre; quienes recuerdan esa escuela hasta 1962, cuando fue demolida por instrucciones del gobernador de aquel entonces, el General Bonifacio Salinas Leal junto con la antigua Casa de Gobierno y los kioscos del Jardín Velasco y del Malecón, que también fueron demolidos;  fue cuando se cerró el callejón 18 de marzo y se  construyó en el lugar la escuela con la arquitectura moderna que ahora conocemos, que para las nuevas generación de egresados es ya un patrimonio cultural.

   Durante la investigación sobre historia urbana que llevo a cabo, me encontré un expediente con varios documentos interesantes en el Archivo Histórico Pablo L. Martínez (AHPLM) fechados en varios días del año 1871 en el que se documenta que al antigua casa de Doña Epistema C. de Mancilla ubicada en la calle Medellín (actual calle 16 de septiembre que hasta 1886 se llamó Medellín y a partir de ese año adoptó el nombres de Calle Central, ahora 16 de septiembre) y el callejón Delicias (llamado anteriormente callejón 18 de marzo, ahora cerrado por la nueva escuela del mismo nombre) en la Manzana O (actual manzana No.52); se puso en  venta siendo jefe político del Territorio Sur de Baja California Don Bibiano Dávalos quien instruye el 17 de abril de 1871 a que “se proceda a la compra de la casa de la señora Doña Epistema C. de Mansilla”, originalmente propiedad de Don Manuel Mansilla, donde se instalaría una escuela de niñas, para lo cual comisiona para su avalúo a Vicente Patiño, perito, Manuel Ortiz, maestro de obras y Julián G. Galindo maestro carpintero;  el 19 de abril el jefe político recibe el plano y avalúo por la comisión y se instruye el pago de 4 mil pesos por la caja; sin embargo  el 6 de junio de 1871, el jefe político comunica a la Secretaria de Hacienda que  el pago se haría al “Sr. Don Félix Gibert por habérsela comprado éste a la señora Doña Epístema C. de Mansilla”.

   Para la elaboración del plano, la comisión menciona que iniciaron “a medir y encontramos –dice- tener  por la calle Medellín diez y siete metros, por Las Delicias  Veintinueve metros, por la línea opuesta a la de Medellín veinticinco metros, por la opuesta a Las Delicias veintinueve metros…”, además mencionan que el espesor de los muros eran de adobe y tabique de 42 centímetros de espesor, la altura de 5.80 metros y los techos eran de viga de palo prieto y tablas en la cubierta con entramado; el corredor interior medía  12 metros de largo por 2.50 metros de ancho; en el patio mencionan que había una caballeriza, un cuarto escusado y un pozo; y que el total del avalúo era de 4 mil 700 pesos.

    El 24 de junio de 1871 la Jefatura Superior de Hacienda de Baja California resuelve comprar la casa en 4 mil pesos y así se lo comunica al Jefe Político; el 30 de junio  el Juez de Primera Instancia Lic. Eduardo Rivas escritura la casa a favor del “Supremo Gobierno” y finalmente el 31 de octubre de 1871,  quedó “..perfeccionada la escritura de venta otorgada por Don Félix Gibert de la casa que le compró el gobierno para la escuela de niñas”… O sea, todo hace indicar que la historia de nuestra  escuela primaria (Escuela de Niñas, Escuela No.3 y Escuela 18 de marzo) cumple ya  145 años, una larga historia por contar.

    Hay una fotografía de la antigua escuela no.3 tomada probablemente hace más de 80 años que es la antigua casa del siglo XIX propiedad sucesivamente de Don Manuel Mansilla, de Doña Epistema C. de Mansilla y de Don Félix Gibert, reformada, ampliada y rehabilitada, probablemente en las primeras décadas del siglo XX, que fue captada por el lente de nuestra histórica fotógrafa, Doña Clotilde, que firmaba las fotos como C.Rodriguez;  en esa escuela donde estudiamos las generaciones de la escuela No.3 y de la 18 de marzo anteriores a la década de 1960, donde se puede observar que en la esquina del callejón 18 de Marzo y la calle 16 de septiembre estaba la entrada a la escuela con un gran arco cercano al medio punto enmarcado, con un zoclo  alto corrido en la base del edificio, los vanos en cada salón son cuadradas enmarcadas con ventanas abatibles de vidrio con entramados de madera,   y en la parte superior del edificio una cornisa neoclásica corrida con un remate de pretil en la parte superior.

    Entre 1954 y 1960 cursé mis seis años de primaria  en la escuela 18 de Marzo en ese antiguo edificio ubicado en la esquina de la calle 16 de septiembre  y el callejón 18 de marzo; la Mirna cursó el primer año y nuestros hijos Vernna Alheida y Tito Fernando también estuvieron en la 18 los seis años de primaria.  Así que cuando supe que iba a desaparecer la escuela 18 de marzo, vinieron a mi cabeza los recuerdos de mis compañeros y compañeras de la primaria pero sobre todo el recuerdo de aquellos y aquellas que nos enseñaron a leer y a escribir, a contar, a dibujar, a medir, a declamar, a cantar, a jugar, a observar la naturaleza, a conocer la ciencia básica, a elaborar trabajos manuales; a practicar caligrafía para mejorar la letra, aquellos y aquellas que nos alentaron a seguir estudiando, nuestros profesores y profesoras: la profesora Rosa Sánchez, que era la directora, mi profesora de primer años que no me acuerdo su nombre pero creo que se apellidaba Núñez, la profesora Yolanda, la profesora Chencha, la profesora María, la profesora Tacha, la profesora Luisita y a los profesores  Chacho Unzón y Guadalupe Collins; seguramente que mis compañeros y compañeras de ese entonces les recordarán también con mucho cariño; en aquel tiempo teníamos dos turnos, por la mañana las materias básicas normales y por la tarde tomábamos las clases caligrafía, artísticas, artesanías y deportes, y en el recreo jugábamos en el patio de la escuela a las canicas, al trompo, a las escondidas, al encantado,  y en el callejón al costado poniente de la escuela a las carreras, a los encantados y hasta  beisbol (en la primaria el futbol no se practicaba y el basquetbol muy poco).  

    Yo nací en el Esterito, vivía atrás del antiguo hospital Salvatierra por la calle Revolución; así que todas las mañanas y tardes, los niños y niñas del barrio que íbamos a la 18,   la Ope mi hermana y Yo, junto la Tití y el Carlos de la familia Sánchez Duarte,  con  la Beco, y la Amor de la familia Morales Albañez, el Rafa Carrillo y el Chuchín Taylor, nos enfilábamos a la escuela 18 de marzo  a pié,  o bien en la pochita (Ford Modelo A) o la caguamita (Ford 52), carros que sucesivamente tuvo Raul, mi´apá, que trabajaba de dibujante en Obras Públicas en la antigua Casa de Gobierno; nos íbamos por la Revolución o por la Madero, cruzábamos el jardín Velasco y la Casa de Gobierno y bajábamos hasta el callejón 18 de Marzo por la independencia, cada quien a su salón, en el recreo a correr y jugar, a comprar melcochas, alfeñiques o pirulines, y de regreso, la misma travesía a la casa, para regresar de nuevo en la tarde a la escuela, obviamente, que cuando se podía nos íbamos  vagar un rato al sombreado Malecón.

    No hay que olvidar que el lugar urbano, el lugar social, el predio, el lote, o como se le quiera llamar, con los tres edificios que ha habido en ese lugar,  ha sido destinado por el gobierno como escuela primaria desde hace 145 años, de los cuales durante 90 años estuvo en la edificación antigua y los 55 años restantes estuvo en la edificación moderna; pero durante 75 años fue la escuela primaria 18 de marzo; así que cada generación tuvo su propia experiencia, estudió y jugo en edificios diferentes pero construyó una misma identidad cultural y educativa en una misma escuela primaria que para algunas generaciones  fue la escuela No.3 y para otros la escuela 18 de marzo.

 

    Este es un lugar histórico que los niños y niñas de la 18, y los adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores que egresamos de ahí, tenemos el compromiso moral para que el predio no se privatice, como hizo el gobierno con el predio de la antigua Casa de Gobierno en 2008,  pero no solo eso, hacer todo lo que esté a nuestro alcance para vuelva a ser nuestra escuela primara 18 de marzo.

    Por compromisos con mis nietos, he planeado escribir en los próximos años una breve historia escolar de la Robles y la Torres Quintero; donde estudia uno, el Verne y donde entrará a estudiar el otro, el Tito Livio;  sin embargo por lo que ha pasado en la 18, en lo personal y en lo social, me gustaría empezar a escribir también una  breve historia de la escuela 18 de marzo para lo cual necesitamos recopilar fotos de los grupos, festividades y clausuras de la mayoría de las generaciones que podamos, contar con datos de alumnos, profesores y directivos  que pasaron por la 18 de Marzo, recordar cómo fue la edificación antigua, obtener testimonios de personas adultas y jóvenes que pasaron por las aulas de la 18;  y al mismo tiempo hacer todo lo posible para que la 18 de Marzo continúe siendo escuela en el mismo lugar donde estuvo hace 145 años, en la actual calle 16 de septiembre.

    Por si alguien quiere compartir lo dicho en esta crónica, se pueden comunicar a los correos : gjpbanuelos@hotmail.com o gilbertojpb@uabcs.mx.

(*) Publicado en el periódico El Sudcaliforniano el domingo 24 de julio de 2016.

Casa original propiedad de Don Manuel Mansilla en la esquina del Callejón Delicias y la Calle Medellín en 1871 que sirvió como escuela de primeras letras para niñas y que en las primeras décadas del siglo XX se reconstruyó para la escuela primaria No.3 que en la década de 1940 tomó el nombre de 18 de Marzo. Fuente: AHPLM, 1871

Localización de la Escuela de Primeras Letras en el siglo XIX y de la Escuela No.3 en el siglo XX en la Calle Medellín (después Calle Central y 16 de Septiembre) esquina con el callejón Delicias (después callejón 18 de marzo, desaparecido),  elaboración propia con base en AHPLM, 1871, 1886

En el antiguo edificio de la escuela 18 de Marzo, una clausura de 1959 en la escuela 18 de Marzo en la antiguo edificio: atrás el profesor Santiago Unzón, profesor de 5º año, enseguida el niño Joel Alfaro Valle (hijo del Director de Educación en aquel año) y al micrófono el niño Gilberto Piñeda Bañuelos. Fuente: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos.

Localización actual de la Escuela Primaria 18 en la Calle 16 de septiembre frente a la calle Esquerro, Elaboración propia con base en Google Earth, 2016.

Antigua Escuela No.3 cerca de la década de 1930 después llamada 18 de Marzo en la esquina del callejón 18 de Marzo y 16 de septiembre. Fuente: AHPLM.

En el nuevo edificio de la escuela 18 de marzo, la profesora Rosa Sánchez, Directora hablando en el micrófoco, en un clausura al inicio de la década de 1970. Fuente: Archivo Personal de Rosa Sánchez.

En el nuevo edificio de la escuela 18 de marzo, alumnos de 6º año de la escuela 18 de Marzo a finales de la década de 1960, con el profesor Carlos Castro Beltrán y la profesora Rosa Sánchez, Directora. Fuente: Archivo Personal de Rosa Sánchez

Honores a la Bandera en el patio de la escuela 18 de Marzo durante la graduación de 1987. Fuente: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos.

Grupo de 6º año de la escuela 18 de Marzo durante su graduación en 1987. Fuente: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos.

Niño Tito Fernando Piñeda Verdugo con sus padres el día  de su graduación de 6º año en la escuela 18 de Marzo en 1991. Fuente: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos.

Niños y niñas de  3º año de la escuela 18 de Marzo bailando en el patito durante la graduación en 1987. Fuente: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos.

Grupo de 6º año de la escuela 18 de Marzo durante su graduación en 1991. Fuente: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos.

Niños y niñas de la escuela 18 de Marzo un día de clausura en 1987 (Bárbara Sáncez Abaroa, Vernna Alheida Piñeda Verdugo y Carlos Sanchez Ballardo, que terminaban el 6º año, junto con Beatriz Sánchez,, Tito FernandoPiñeda Verdugo e Iberia Sánchez Ballardo de 3º año que seguirían en la escuela). Fuente Archivo Familiar Piñeda Bañuelos.

bottom of page