Relatos para la Historia Urbana
A PROPÓSITO DE UN INFORME DESDE BAHÍA MAGDALENA AL JEFE POLÍTICO DEL DISTRITO SUR DE B.C, 1916-1917
Ronaldo Geraldo Cota
En el archivo Histórico Pablo L. Martínez existe un expediente con el título “Informes solicitados a las autoridades para formar un informe general sobre la situación política, económica y social del Distrito” fechado en abril de 1916 (AHPLM, 1916: Docto. 888), anexo a este expediente, se encuentra un mapa hecho a mano, con tinta negra, sobre papel delgado y transparente, en el que muestran todas las localidades, pueblos y ranchos del distrito de Baja California, así como sus islas; y división política con Baja California Norte (AHPLM, 1916: MDP Núm. 180).
Distritos del Territorio de la Baja California ((AHPLM, 1916: MDP Núm. 180).
Se trata de un informe que realiza el administrador, al parecer de la Aduana Marítima de Bahía Magdalena, Antonio P. Flores, del estado que guarda la extensa concesión a una compañía extranjera, un informe del partido Centro relacionado con los contribuyentes y una relación de los predios urbanos y rústicos.
A manera de contexto, podemos decir que después de la Independencia, el país vivió una época de disturbios, descontentos sociales y guerras con el extranjero, que se extendió a la década de los sesenta del siglo XIX, momento en que los gobiernos liberales de Juárez y Lerdo de Tejada empezaron a considerar como objetivo primordial el restablecimiento de la paz pública. Sin embargo, este objetivo se logró con el presidente Porfirio Díaz quien aplicó una política de conciliación con las demás esferas de poder, cuyo resultado final fue la pacificación del país a costa de una política autoritaria que se mantuvo hasta 1910 cuando se desató el movimiento revolucionario (Busto, 2013: 21).
Durante la primera mitad del siglo XIX, la Baja California manifestó cambios en el terreno económico y político. El aumento de población, el desarrollo de algunas actividades de carácter privado y la instalación del comercio de cabotaje y altura, contribuyeron a la formación de un incipiente mercado que logró finalmente la inserción económica de la región peninsular al resto de la República (Ortiz, 2020).
En este contexto ocurrió el arribo de familias que comenzaron a practicar actividades privadas, las cuales aprovecharon el otorgamiento de terrenos y concesiones de explotación de recursos regionales. Ello fomentó un mercado interno el cual podían controlar al no tener grandes competidores.
Hacia finales del siglo XIX ocurría un proceso de cambio a nivel mundial que tuvo importantes repercusiones; empezó a desarrollarse una nueva modalidad del capitalismo en los países industriales: el imperialismo. Tuvo su origen en Gran Bretaña, Francia, Alemania y en Estados Unidos, lugares donde el capitalismo ya estaba consolidado; de la fase de libre competencia se pasó a la de monopolio, lo que motivó la formación de grandes empresas que se convirtieron en consorcios internacionales. (Busto;2013: 22).
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, las relaciones, mercantiles de la Baja California tuvieron un desarrollo significativo, no solamente al interior del territorio sudpeninsular sino también con los mercados de otras entidades de la república y el extranjero. El auge comercial fue posible gracias a diversos factores, entre ellos la demanda del mercado internacional de algunas materias primas. (Gonzalez; 2: 385).
En esta fase de expansión capitalista, los grandes imperios de Europa y Estados Unidos necesitaron atraer mercados para los excedentes de su producción interna y de capital, así como obtener materias primas de las que carecían y eran indispensables para continuar con el desarrollo de su industria, entre ellas el cobre, fosfato, estaño, petróleo y otras de tipo vegetal o agrícola, como los colorantes naturales o el café. Los países latinoamericanos, entre ellos México, se integraron al mercado mundial al relacionarse con los países industrializados, lo que tuvo como consecuencia una división internacional del trabajo (unos portadores del material en bruto, otros del producto manufacturado). Esta integración se dio también por la recepción del capital extranjero en diversos rubros de las economías latinoamericanas, como las inversiones en ferrocarriles, comunicaciones, puertos, bancos, empresas comerciales, minería, plantaciones y empréstitos gubernamentales. Además, los países industriales controlaron los circuitos comerciales del mundo, por lo que las ganancias finales se quedaron en manos de los grandes monopolios. (Cardoso; 1980: 262-267).
La Península de Baja California proliferó como centro de comercio internacional, su variado campo de mercado posicionó al territorio como una de las áreas de importancia en el norte de México. Ante esta significativa situación, el Gobierno del Distrito constantemente monitoreaba la situación general dentro de los Partidos Sur y Centro, para llevar un control eficiente y estar al tanto de la situación político social de los diferentes pueblos, esto puede reflejarse con claridad dentro del expediente que estudiamos pues expone con referencia al estado actual de algunos pueblos del Partido Centro en donde podemos visualizar una compañía de explotación de orchilla para el comercio internacional.
El uso principal que se le dio a la orchilla fue como colorante de telas. Su explotación se realizó en gran escala a partir de la década de los sesenta del siglo XIX, en la zona de Bahía Magdalena. (Busto;2013: 63).
El Administrador Antonio P. López, respondió ante el llamado de las autoridades políticas y exponía la situación en la que se encontraban:
Existían veintiuna fincas Urbanas en la isla, todas de la propiedad de Magdalena Bay Colonization Company, teniendo como el representante y accionista principal de dicha compañía el Sr. Juan H. Blackman; la compañía presentaba poco más de 2 millones de hectáreas en una franja de terreno, desde los 21 metros de la plena mar, hasta doce millas adentro; comprendiendo la citada porción de terreno, desde Santo Domingo (isla de Cedros) hasta un punto denominado los Inocentes, al sur de Baja California, incluidas las islas Margarita y Magdalena. Los propietarios son americanos. (de E. U. de A.), a pesar de esta gran extensión de terreno, se puntualizaba que no se tenía ninguna clase de industria cercana a la zona, solo una aduana ubicada en el mismo lugar (Bahía Magdalena).
La producción de exportación de la orchilla no podía calcularse por razón de que en los años anteriores no pagaban derechos de exportación y durante el corriente año [1916] no se había exportado aún, las jornadas que corrían los trabajadores eran de ocho horas, que se pagaban a $2.50. (dos pesos cincuenta centavos), billete de banco, que actualmente equivalen a (80) ochenta centavos oro nacional; solo un poco fracción de extranjeros residían en la zona, siendo un total de diez, mayormente americanos (AHPLM, 1916: Docto. 888).
Además de la situación en la que se vivían las compañías orchilleras, el expediente revelaba el desarrollo y padrón de predios que la bahía de Loreto había acumulado en los últimos años.
Con una gran cantidad de terrenos adquiridos tanto por trabajadores nacionales como extranjeros para construir dentro de sus facultades sus viviendas y obtener algunas propiedades de tierra externas a Loreto como terrenos en Comondú teniendo valores netos de propiedad que cursaban desde los 300 pesos hasta los 7000 pagados a plazos largos. Curiosamente dentro de este padrón de terrenos se puede analizar la gran distribución de rancherías que se empezó a gestionar durante este boom económico, teniendo muchos nombres conocidos como: La Pocita San Juan Bautista, San Bruno, El Sauce, La Noria, La Huertita, El Tamarindo, Huerta del Arroyo, El Pavón, El Huerto, La Zorra, San Jacinto, La Casita del Arroyo, La Presa Vieja, Agua Verde, La Higuera, El Fablón, Los Corrales, El Olivar y El Marrito, entre otras.
Fuentes de consulta:
ARCHIVO HISTÓRICO PABLO L. MARTÍNEZ, Informes solicitados a las autoridades para formar un informe general sobre la situación política, económica y social del Distrito, AHPLM/ Vol.664 Caja 2/2/ Doc.888/ Exp.122 Año: 1916 67FF.
ARCHIVO HISTÓRICO PABLO L. MARTÍNEZ, Localidades del Distrito Sur de la Baja California (Península), AHPLM; Acervo Cartográfico, MPD Núm.180/ Mapoteca/ Planero/ Gaveta Núm. 12.
BUSTO IBARRA, Karina, Comercio marítimo en los puertos de La Paz y Santa Rosalía, Distrito Sur de la Baja California 1880-1910, Gobierno del Estado de Baja California Sur, Instituto Sudcaliforniano de Cultura, Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”, 2013.
CARDOSO, Ciro (coord.), México en el siglo XIX, 1821-1910, México, Nueva Imagen, 1980.
ENCISO LIZÁRRAGA, SAYRA SELENE, Mapas Planos y Diseños de Baja California Siglo XX, Gobierno del Estado de Baja California Sur, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Instituto Sudcaliforniano de Cultura Archivo Histórico Pablo L. Martínez, La Paz, Baja California Sur, 2011, P. 146-147. Proporcionado por CEDOHU UABCS.
ORTIZ MANZO, Cristina “La economía en Baja California Sur”, Rev. Tendencia. El arte de viajar, agosto, 2020. [En línea] https://tendenciaelartedeviajar.com/2020/08/historia/la-economia-en-baja-california-sur/
RIVAS, Ignacio, GONZALEZ CRUZ, Edith, “Modernización de la economía sudpeninsular (1860-1910)” en Dení Trejo Barajas (Coord. General), Historia General de Baja California Sur, Tomo I. La Economía Regional, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Secretaria de Educación Pública del Gobierno del Estado de Baja California Sur, Universidad Autónoma de Baja California Sur, Ed. Plaza y Valdés, S. A. de C. V., La Paz, Baja California Sur, México, 2002.
Caratula del Expediente (AHPLM, 1916: Docto. 888).