
Gilberto Piñeda Bañuelos, Cedohu Uabcs
El desarrollo capitalista para la zona más antigua de la Ciudad y su Centro Histórico en las próximas décadas ha sido anunciado con el proyecto de diseño urbano modernizador del emblemático Malecón de La Paz; por supuesto que no están pensando en un centro histórico-cultural para los paceños y sudcalifornianos que puede ser utilizado por los visitantes y turistas, sino más bien están pensando en un centro inmobiliario-turístico para los visitantes de ingresos altos que puede ser utilizado por las familias paceña, aunque no por todas, sólo por las capas medias y sectores sociales de mayores ingresos.
El Gobernador Carlos Mendoza Davis fue muy claro en sus afirmaciones durante y después de la presentación del proyecto modernizador de la ciudad antigua que se anunció con el diseño del llamado por él mismo como “Malecón de clase mundial” (El Sudcaliforniano) y refiriéndose a los 3.9 kilómetros que abarca el Malecón dijo claramente que “hay un número importante de terrenos en donde nunca se ha hecho nada y otros tantos que quedaron abandonados” y con esto justifica que “pudiera darse una inversión inmobiliaria para tener hoteles y condominios de primer nivel y que mucho se requieren en esa parte de la ciudad” (Diario de La Paz).
¿Está claro?
Como el capitalismo todo lo convierte en mercancías, es decir todo se compra y se vende en un mercado: se compran y se venden los bienes, los servicios, el dinero, la fuerza de trabajo, la naturaleza, las armas, las drogas, la cultura, el patrimonio cultural edificado, los espacios públicos y a veces hasta las conciencias se compran y se venden; sin embargo, es bueno saber que si bien existe un mercado para la acumulación y enriquecerse, también existe un mercado para la subsistencia que no es para enriquecerse, sino para sobrevivir (ambulantes, artesanos, micro y pequeños comerciantes).
En cuanto a la ciudad, no está de más distinguir entre desarrollar un CENTRO HISTÓRICO-CULTURAL y UN CENTRO INMOBILIARIO-TURÍSTICO; aunque en las condiciones actuales parece que cualquiera de las dos opciones están condenadas a seguir la lógica del mercado; pero es bueno hacer la distinción.
Veamos por qué.
Los urbanitas de la ciudad de La Paz que se censaron en 2010 fueron 215 mil 178 personas y se estimaron en 2015 en 244 mil 219 personas, todos ellos viviendo en un territorio urbano de más de 101 millones de metros cuadrados que abraca la mancha urbana de la Ciudad de La Paz (en el pasado cercano, el de hace 50 años, la inmensa mayoría de los paceños vivían entre las calles Paseo Álvaro Obregón, Héroes del 47, Isabel La Católica, Sonora y Abasolo frente a la línea de costa hasta el antiguo Palmar de Abaroa, que es la CIUDAD ANTIGUA), donde se encuentra un centro histórico de 5.5 de millones de metros cuadrado al oriente-suroriente del Malecón dentro del cual se encuentra un núcleo fundacional que se fue formando de manera concéntrica al antiguo muelle fiscal que cuenta actualmente con tan solo medio millón de metros cuadrados que abarca la poligonal formada por las calles Hidalgo, Guillermo Prieto, Ocampo y Álvaro Obregón.
En la CIUDAD ANTIGUA que se mantuvo casi intacta hasta la primera mitad del siglo XIX se conserva aún los dos tipos de trazas urbanas (traza irregular y traza reticular) que forma parte del patrimonio cultural edificado, mientras que el Instituto Nacional de Antropología e Historia tiene catalogados una treintena de edificaciones históricas, de las cuales el 56% son del siglo XIX, algunos de ellos ya fueron destruidos, y otros tantos desaparecidos antes de que fueran catalogados, como fueron los casos de muchas casonas antiguas, pequeñas casas de madera y otras de ladrillo aparente que había en los barrios El Manglito y El Esterito, y una buena cantidad de edificaciones emblemáticas de la ciudad que esperan sean reconstruidas; por su parte, en el Centro de Documentación de Historia Urbana de la UABCS se han catalogado más de 180 edificaciones que aún conservan la arquitectura formal de finales del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX; se desconoce si el INAH tienen catalogada o puede catalogar la traza urbana como patrimonio cultural edificado.
Por otra parte, la CIUDAD ANTIGUA que fue tradicionalmente para el uso habitacional, gubernamental, educacional y comercial se ha ido desmantelando: por ejemplo el comercio tradicional se ha transformado y trasladado hacia las modernas plazas comerciales fuera del Centro Histórico para dar paso a otro uso de suelo tanto en el núcleo fundacional como a lo largo del Malecón como bares, cantinas, restaurantes, centros nocturnos, hoteles, Oxxos´s, entre otros; las casas que eran viviendas de las familias paceñas han sido desocupadas o vendidas, las oficinas gubernamentales se trasladaron en la década de 1960 a la Isabel La Católica y en el primera década del siglo XXI a la ex pista aérea; algunas escuelas como la Melchor Ocampo en Madero y Degollado y el kínder Cristobal Colón de la Independencia dejaron de funcionar hace ya muchos años y la escuela 18 de marzo ha sido demolida en este año por el gobierno con el propósito de especular con el terreno; sin embargo, se mantienen edificaciones cuyo valor de uso está asociada directamente a la cultura como el templo religioso de Nuestra Señora de La Paz y de la Logia Masónica; las Bibliotecas Justo Sierra y Filemón C. Piñeda, el Museo de Historia Regional, La Casa de la Cultura, el Archivo Histórico Pablo L Martínez, el Centro Cultural La Paz y el Centro de Artes, Tradiciones y Culturas Populares.
Si a esto le agregamos un rescate histórico y comercial de lugares emblemáticos perdidos total o parcialmente, al carácter histórico-cultural del Centro se vería favorecido de manera notable; por ejemplo si se rescata la formalidad de la arquitectura tradicional paceña del siglo XIX y primera mitad del siglo XX en las nuevas construcciones sin permitir la edificación de más de dos niveles; y se reconstruyeran las edificaciones históricas emblemáticas que se han perdido como por ejemplo la reconstrucción de la antigua tienda de La Perla de La Paz, para uso comercial; la reconstrucción de la antigua Torre Eiffel en la esquina de las calles Arriola y Zaragoza para la biblioteca de la Ciudad como alguna vez lo intentó el general Francisco J. Mújica, o en su caso para uso comercial; la reconstrucción de la antigua Casa de Gobierno en toda la manzana para el Museo de Historia de la Ciudad y de las Artes parcialmente reconstruida por Ángel César Mendoza Arámburo; la reconstrucción de la antigua escuela 18 de Marzo para reactivarla como primaria básica y el rescate del antiguo callejón del mismo nombre; la reconstrucción de la antigua Torre del Vigía de base cuadrada a un costado del antiguo Muelle Fiscal donde se puede proporcionar información histórica; la reconstrucción de la antigua Torre del Reloj del parquecito Cuauhtémoc para avistamiento, la reconstrucción de la segunda nave de la Escuela Industrial en Guillermo Prieto entre Bravo y Ocampo como extensión del museo de la industria y la telecomuniccación; la reconstrucción del Kiosco del malecón con su glorieta a un costado del Malecón con un diseño urbano más conservador que modernizador, y la reconstrucción de la fuente de la Virgen de Guadalupe en el atrio de la catedral de Nuestra Señora de La Paz; con todo esto se estaría reactivando la actividad del centro en un sentido histórico-cultural para los locales en primer lugar, que obviamente, también sería utilizado por los visitantes.
Si además, la historia de la ciudad de La Paz se integra al Sistema Educativo Estatal desde preescolar hasta superior y al desarrollo cultural de la Ciudad; esa historia podría estarse contando y enseñando “in situ”; es decir se conocería no solo en las aulas y en los museos y centros culturales, sino recorriendo las propias calles del núcleo fundacional de la Ciudad: Si hacemos cuentas, verán que el Centro Histórico-Cultural se reactivaría y se desarrollaría tan solo con los residentes locales.
Vean estos datos de los potenciales usuarios de los museos de historia regional y de historia de la ciudad y de las artes, de los centros culturales y de sus calles y callejones en el Centro Histórico:
En el ciclo escolar que acaba de pasar (2016-2017) el Sistema Educativo Estatal tenía en sus aulas a 227 mil 382 alumnos, atendidos por 13 mil 101 docentes en 1 mil 282 escuelas; mientras que en la ciudad de La Paz estuvieron inscritos 84 mil 767 alumnos atendidos por 5 mil 153 docentes en 303 escuelas; de los cuales en Educación Básica había 44 mil 404 alumnos atendidos por 2 mil 309 docentes en 236 escuelas. Si los potenciales usuarios del centro histórico residentes de la ciudad de La Paz los distribuimos por nivel de la Educación Básica tenemos: en Preescolar 8 mil 578 alumnos atendidos por 367 docentes en 96 escuelas; en Secundaría 11 mil 996 alumnos atendidos por 967 docentes en 44 escuelas; y en Secundaria 23 mil 830 alumnos atendidos por 975 docentes en 96 escuelas. Podríamos agregar el nivel Medio Superior en la ciudad de La Paz donde estuvieron inscritos 11 mil 233 alumnos atendidos por 1 mil 121 maestros en 33 escuelas.
Si se planificara institucionalmente las visitas al Centro Histórico por parte del Sistema Educativo Estatal vinculado al Sistema de Difusión Cultural, tomando los 200 días efectivos de clase por año, tan solo de educación básica de la ciudad de La Paz podrían estar visitando por día en promedio 222 alumnos diarios (aproximadamente 7 grupos y por lo tanto 7 docentes) y de educación media superior 56 alumnos diarios (dos grupos y por lo tanto dos docentes).
Por supuesto que el Capital y su clase política gobernante y por gobernar no piensa en esto, aunque se trate de un proceso de enseñanza-aprendizaje-conocimiento local de la historia y la geografía urbana para miles de jóvenes, docentes y padres de familia; y no les preocupa por la sencilla razón de que poco o nada tiene que ver la lógica de mercado específicamente con el mercado turístico e inmobiliario; y más bien lo ven como un gasto innecesario.
Entonces ¿Qué es lo que quiere el Capital y su clase política que gobierna y por gobernar?: pues lo que quiere es contar con un “Malecón de Clase Mundial” y un Centro Inmobiliario-Turístico.
¿Qué significa contar un Centro Inmobiliario-Turístico para La Paz y un “Malecón de Clase Mundial”:
Hay dos indicadores a tomar en cuenta para entender que es lo que se quiere para La Paz, uno es el número de visitantes usuarios de la infraestructura inmobiliaria y otro es el uso de infraestructura hotelera para el turismo en general y para el gran turismo en particular.
Veamos:
La Paz cuenta solamente con más de 4 mil 900 residentes extranjeros y Los Cabos cuentan con más de 21 mil residentes extranjeros, cuatro veces más; a La Paz llegan únicamente 330 mil 180 turistas, de los cuales 297 mil 820 son nacionales y solamente 32 mil 360 que se hospedan 101 hoteles que cuentan con 3 mil 208 cuartos; pero a Los Cabos llegan al año 1 millón 28 mil 573 turistas, de los cuales solamente 32 mil 360 son nacionales y 914 mil 955 que se hospedaron en 126 hoteles que cuentan con 15 mil 589 cuartos; a esto hay que agregar que a la Paz llegan 37 cruceros con 29 mil 807 pasajeros mientras que a Los Cabos llegan 133 con 411 mil 207 pasajeros; en La Paz, sólo hay dos Campos de Golf, pero en Los Cabos existen 14 (Sedmarn.gob.bcs, 2016).
¿Que va a pasar entonces en las próximas décadas en La Paz?
El Capital y la clase política gobernante y por gobernar, mínimo quieren llegar a ser como Los Cabos, pero para poder llegar a ser como las ciudades de San José del Cabo, Cabo San Lucas y el corredor turístico-inmobiliario que las une; para empezar van a construir un “Malecón de Clase Mundial” como lo han anunciado, seguirían con la ocupación de los terrenos baldíos del Malecón y del Centro Histórico para construir en ellos grandes infraestructuras de condominios y hoteles de varios niveles y consecuentemente lugares de esparcimiento para el turismo y el gran turismo, como hoteles, restaurantes, bares, cantinas, casinos, centros nocturnos; con todo esto empezaría la destrucción masiva del patrimonio cultural edificado del Malecón y el Centro Histórico de la ciudad de La Paz, al mismo tiempo que se ocuparías toda la zona costera (incluyendo las embarcaciones en las Marinas) desde la playa sur del Malecón hasta El Mogote y desde la playa norte del malecón hasta Pichilingue; esa será la ciudad capitalista en las próximas décadas. IMAGÍNENSELO.
Finalmente: ¿Qué es lo queremos los paceños y paceñas? ¿Un Centro Inmobiliario-Turístico como este que tiene pensado el Capital y la clase política gobernante y por gobernar?
Preferimos que los hijos, nietos y bisnietos de los paceños y paceñas, tengan en La Paz un CENTRO HISTÓRICO-CULTURAL para que ellos lo practiquen y que forme parte del sistema educativo estatal; y por supuesto que también para los visitantes interesados en conocer la cultura, las artes, las tradiciones, la identidad y la historia local; sin embargo, el Capital y la clase política gobernante y por gobernar, lo que quiere es un CENTRO INMOBILIARIO Y TURÍSTICO, siguiendo la lógica del mercado capitalista.
En mi calidad de responsable del Centro de Documentación de Historia Urbana de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, donde participan una veintena de jóvenes estudiantes de Arquitectura, Diseño, Economía, Historia, Turismo Alternativo y Economía; hemos presentado hace algunos meses al Congreso del Estado y hace algunas semanas la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH un estudio de factibilidad justificatorio para que se reconozca la existencia de centros históricos en la Ciudad de La Paz y en el Panteón de Los Sanjuanes, que es un estudio orientado para convertir a la CIUDAD ANTIGUA en un CENTRO HISTÓRICO-CULTURAL, que esperamos sea respaldado por los paceños y paceñas. Es lo más que hemos podido hacer con una fuerte carga de IMPOTENCIA.
¿Hay algo más que se puede hacer?
CENTRO HISTÓRICO-CULTURAL
–VS-
CENTRO INMOBILIARIO-TURÍSTICO(*)
(*) Publicado en el periódico El Sudcaliforniano, domingo 30 de julio de 2017, pp.4,6
#22
Kiosco del Malecón en construcción en 1926, Archivo Familiar Chacón Sandoval.


Camellón de luminarias y antigua torre del Vigía de base cuadrada en el Malecón frente al en el antiguo muelle fiscal, cerca década de 1930, Archivo Histórico Pablo L. Martínez.
Edificaciones históricas en la Ciudad Antigua de La Paz, (Cedohu, 2017)


Establecimientos relacionados con las actividades turísticas en la Ciudad Antigua de La Paz, (Cedohu, 2017).
Portada del Estudio de Factibilidad 2017.
Fundamentación histórico-cultural y urbano-arquitectónico de las zonas antiguas de la ciudad de La Paz y del panteón de Los Sanjuanes para el reconocimiento de sus centros históricos, Cedohu Uabcs, junio2017, 186 pags.


Recorrido histórico-cultural por la antigua ciudad de La Paz y sus alrededores para la enseñanza de Historia y Geografía Urbana con niños de tercer grado de la escuela primaria capitán de altura Rosendo Robles Villa , Cedohu, 24 de abril de 2017.
Proyecto Modernizador del Malecón de la clase política gobernante y el Capital para detonar un Centro Inmobiliario-Turístico en la zona antigua ciudad de La Paz y sus alrededores costeros, SEPUIT, 2017.

#23
LA PAZ ANTIGUA Y LAS FOTOS DE LOS RODRÍGUEZ
Gilberto Piñeda Bañuelos
En muchas casas de las familias paceñas, o en casas de connacionales y extranjeros que visitaron la Paz o se quedaron, tienen alguna foto del paisaje urbano de La Paz antigua rubricada por “C. Rodríguez”, “M. Rodríguez”, “L. Rodríguez”, “Rod.” o simplemente “Rodríguez”; también tendrán alguna foto de una credencial, de un certificado, de una clausura escolar, de una primera comunión, de una boda, etc., que en algún momento les tomaron en el estudio de la “Fotografía Rodríguez” que alguna vez tuvo Doña Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez en la esquina de la calle 16 de septiembre y Ramírez (aunque el primero estudio fue en la casa de Altamirano No.60 Sur) o en el estudio de Don Miguel Rodríguez Villanueva en la calle Belisario Domínguez casi esquina con 16 de septiembre, que tomó el nombre de “Fotos Miguel”.
Tendría cinco o seis años cuando conocí a Gabriel Rodríguez Cortés, acudimos los dos a la misma primaria, la antigua escuela 18 de Marzo de 1955 a 1961, que estaba en la esquina del callejón del mismo nombre y la calle 16 de septiembre; al final estudiamos juntos la preparatoria Morelos de 1964 a 1966, después de ahí cada quien se fue a estudiar fuera de la ciudad de La Paz.
Recuerdo que nuestros juegos en la 18 de marzo eran en el patio de la escuela, en el foro del teatro, en el viejo tamarindo, en el callejón y cuando se podía, hasta al Malecón nos íbamos; en la prepa Morelos tomábamos clases en el turno vespertino porque el edificio en el turno matutino lo utilizaba la Secundaria Morelos frente al arenal de la 5 de febrero entre carretera al Sur y la carretera a Las Garzas.
Gabriel, también es fotógrafo autodidacta como su papá y su abuela, es hijo de Don Miguel Rodríguez Villanueva y de Doña Rosa María Cortés Uribe; nieto de Doña Clotilde Villanueva Suárez, fotógrafa autodidacta, que nació en 1885, esposa de Don Miguel Rodríguez Ortíz (hijo de Don Manuel Rodríguez y de Francisca Ortíz) quienes procrearon 8 hijos: Manuel, Miguel que murió pequeño, José, Enrique, Jesús, Carmen, Leonor y Miguel Rodríguez Villanueva, dos de ellos se dedicaron intensamente a la fotografía por cuenta propia, Miguel y Leonor.
Doña Rosa María Cortés Uribe y Don Miguel Rodríguez Villanueva que nació en La Paz en 1924, reconocido fotógrafo paceño procrearon nueve hijos: Miguel que es el más grande, Gabriel, Rosa María, Cleotilde, Martha, Rafael, Héctor, Manuel y Gloria, la mayoría, si no es que todos son amantes de la fotografía; es el caso que le pedí una entrevista a Gabriel porque quería saber dónde estaba el origen de la “Fotografía Rodríguez”; pues por nuestras manos y nuestra mirada han pasado un buen número de fotos con alguna de las rúbricas de “Los Rodríguez”, sin que nos detengamos siquiera un poco a preguntarnos por la persona que tomo esa fotografía tan nostálgica de la ciudad de La Paz, de sus calles y callejones, de la playa, del malecón, de sus edificios emblemáticos y de las personas.
Uno observa las fotografías antiguas de La Paz y pocas veces nos preguntamos quien tomó la foto y que tuvo que hacer el fotógrafo o la fotógrafa para lograr una imagen tan agradable a nuestra vista, que ayuda a remover recuerdos, a producir nostalgia y a refrescar la memoria; tampoco nos preguntamos cómo le hicieron para producirla.
Tuve una amena y anecdótica entrevista con Gabriel, conociéndolo, no podía ser de otra manera. La entrevista en realidad fue un pretexto para hacer, con esta crónica, un homenaje a Doña Cleotilde Villanueva Suárez, a Leonor y Miguel Rodríguez Villanueva, que retrataron en su presente lo que para nosotros es La Paz Antigua, como también lo hicieron otros fotógrafos paceños (José Anastacio Duarte, Miguel Macías, Francisco Arámburo, entre otros).
Muchas cosas interesantísimas nos contó el Gabriel durante la entrevista, sin embargo en esta ocasión solo tomaré algunas de sus palabras. Lo primero que mencionó fue acerca de su origen familiar: “Desciendo de una familia dedicados a la fotografía [desde las primeras décadas del siglo XX], no lo puedo precisar, pero en ese periodo empieza porque como todo negocio inicia por la necesidad de sobrevivir y alimentar a los hijos, es decir, mantener una familia y fue lo que sucedió con mi abuela Clotilde Villanueva, había muerto su papá don Wenceslao Villanueva, mi bisabuelo, un marinero muy reconocido aquí en La Paz y quedo desamparada con 8 hijos, entonces, ¿qué hacer?”, se pregunta Gabriel.
Fue el caso que con ese motivo acudió a buscar consejo con el padre Ramírez, sacerdote de la parroquia de Nuestra Señora de La Paz, éste le comentó que su hermano, que tenía un estudio fotográfico por el callejón Zaragoza, pero que no se encontraba bien de salud, se iría de La Paz, y por lo que cuenta Gabriel el sacerdote le dijo a Doña Clotilde: “¿por qué no vamos y hablamos con él?, que te pase el estudio y tú se lo vas pagando conforme vayas saliendo de tus gastos, me lo das a mí y yo se lo mando”, entonces “hablaron con el hermano del párroco Ramírez, y el hermano dijo que sí; así es como mi abuela pudo tener el estudio de fotografía; hizo bien el hermano del padre porque se fue a Guadalajara y al poco tiempo murió, ya iba muy enfermo; entonces mi abuela empezó con el negocio, le fue bien al principio pero después de un tiempo ya no pudo pagar la renta y el señor Ruffo le hizo el favor de prestarle o rentarle muy económico un local por el famoso <<callejón de Ruffo>>, por la parte de la tienda, donde estaba la cantina <<La Mexicana>>, a un lado, y de ahí empezó a <<agarrar aviada>> mi abuela, después puso su estudio en la subida de la calle de La Palma en el callejón de arriba, creo que ahí se alcanza a ver todavía el letrero <<fotografía Rodríguez>>, justo en la parte donde vivían Los Sandoval”, por la calle Zaragoza.
Cuenta Gabriel que todo iba bien pero viene otra etapa de crisis económica familiar “..y el hambre empezó de nueva cuenta y para fortuna de la familia, así como para a unos hay cosas que se vuelven buenas para otras malas, viene la segunda guerra mundial, y hay que alistarse, entonces viene una orden nacional de que todos tienen que inscribirse al ejército, se crea la cartilla militar aquí en La Paz, y como no había ejercito suficiente se instituye la defensa cívico-militar y a una cantidad grande de civiles habían que tomarle fotografía para la credencial y mi abuela tuvo que viajar a Santa Rosalía a San José del Cabo…” raíz de esto, dice Gabriel, “..cuenta mi mamá que mi abuela tenía en el ropero <<las pacas de dinero>> , fue que compró un cuarto de manzana en la esquina de Ignacio Ramírez y 16 de septiembre, puso el negocio a toda la potencia y construyó casas de renta, le fue de maravilla y quedo como fotógrafa del gobierno, entonces pues estaban las obras, por eso las fotos que tomaba eran de caminos vecinales, escuelas, edificios públicos, obras públicas, empedrados, ella las tomaba y enseño a sus hijos el oficio de la fotografía, entonces encuentras fotos firmadas como L. Rodríguez que son de mi tía Leonor y las de Miguel, mi padre firmadas como M. Rodríguez y las de mi abuela como C. Rodríguez…”
Me interesaba saber que foto tomada por Los Rodríguez históricos le había impresionado más a Gabriel Rodríguez Cortés, y esto me dijo: “..bueno, una foto de mi abuela que está tomada precisamente aquí en la Belisario Domínguez desde La Palma para arriba que me impresiona; pero me impresiona por el manejo de la luz que tiene, porque debo decirte con toda claridad antes de cualquier cosas debí habértelo dicho, mi abuela era analfabeta no sabía leer ni escribir y ¡mira! cómo descifraba todas estas cosas; ya de grande aprendió a poner su nombre sin embargo todo esto hacia dentro de su ignorancia, bueno, me refiero al conocimiento de la luz … de aquí se tomó la fotografía hacia arriba, yo en la casa la tengo de un metro y medio o dos por un metro de ancho, me llamó poderosamente la atención como manejó la luz, cómo las personas estando en el portón; pues salía un portón ahí en lo que ahora es el Centro Cultural La Paz; había un zaguán enorme porque parece que era cuartel originalmente, por ahí entraba y salía la tropa y los cargamentos; ahí estaban abajo unos ocultos señores, se ven a pesar de las sombras, se ven los rostros y otras personas arriba en el Teatro Juárez que también se ven los rostros, entonces, estando el <<solazo>> ¿cómo calculó la hora apropiada en que la luz llegara? supongo a 30-45 grados descendente a la izquierda pero que pegara en los edificios que eran blancos, ¿esperó que rebotara la luz para poderla tomar? ¿acaso estuvo ahí esperando hasta que la luz se acomodó como ella quiso?”, se pregunta Gabriel “..y la otra foto que a mí en lo personal me impresiona es la que tomó mi tía Leonor cuando se construyó el camino al Coromuel; como <<cabrones>> le hizo, si se ve cada piedrita y si los lentes eran planos en aquel tiempo y parece que era un zoom , <<¡como agarro ese ángulo!>>, si fue casualidad, bueno ni modo pero no se ve que estaba tomada con ese propósito”.
En homenaje a los fotógrafos de La Paz antigua, hace un tiempo escribimos una Crónica Urbana de Don Miguel Macías, así que antes de concluir me gustaría dejar constancia de la opinión que tenía de él Don Miguel Rodríguez Villanueva. En palabras de Gabriel: “..el señor Macías que en paz descanse también era un excelente fotógrafo; mi padre le consultaba muchas cosas, y refiriéndose a él decía: <<hay que aprender de los que saben>>, era la palabra de mi papá y si son más <<chingones>> que tú, mejor…”.
Para finalizar, menciono que hemos revisado más de 400 fotografias del paisaje urbano de la ciudad de La Paz y de sus alrededores que seleccionamos de la fototeca del Archivo Histórico Pablo L. Martínez hace ya bastante tiempo, y sólo encontramos entre ellas, una veintena de fotos firmadas por “Los Rodríguez”, que en esta crónica incluimos; y a propósito de la investigación gráfica y la difusión histórica-cultural que promovemos en el Centro de Documentación de Historia Urbana (CEDOHU), nos gustaría contar en buena resolución con todas las fotos de la ciudad antigua que tomaron “Los Rodríguez” en algún momento de los dos primeros tercios del siglo XX, que seguramente fueron cientos, sería de enorme ayuda para difundir una historia gráfica del paisaje urbano histórico de la ciudad de La Paz; pero también reforzar un proyecto un poco ambicioso que tenemos que es a partir de las fotos antiguas, reconstruir en imágenes y si se puede en maqueta, la ciudad antigua de la ciudad de La Paz. Tal vez pasarán muchos años, pero se hará lo que se pueda, eso depende en gran parte si estudiantes de Arquitectura del Instituto Tecnológico de La Paz y de la Universidad Mundial, sigan incorporándose al CEDOHU en su servicio social, tesinas y residencias profesionales.

Antigua Casa Municipal, Teatro Juárez sin techo y Casa de Gobierno al fondo en la antigua calle Calle Primera Sur esquina con la antigua calle Central, en la década de 1910, Archivo Personal de Gabriel Rodríguez Cortés. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez)

Doña Cleotilde Villenueva Suárez con dos de sus hijos en su Casa y Estudio “Fotografía Rodríguez” en la esquina de Ignacio Ramírez y 16 de septiembre en la década de 1940, Archivo Personal de Gabriel Rodríguez Cortés Foto: autor no identificado (probablemente alguien de la Familia Rodríguez)

Antiguo Muelle Fiscal en la década de 1950, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: Rodríguez (Miguel Rodríguez Villanueva)

Kiosco del malecón en la década de 1930, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Malecón y antiguo muelle fiscal en la década de 1950, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: L.Rodríguez (Leonor Rodríguez Villanueva).

Panorámica de la ciudad de La Paz y del antiguo muelle fiscal en la década de 1960, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: Rodríguez (Miguel Rodríguez Villanueva).

Antiguo malecón frente al Hotel Perla en la década de 1950, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: M.Rodríguez (Miguel Rodríguez Villanueva).

Antigua Playa Sur en la década de 1930, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Antiguo malecón y playa sur en la década de 1940, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Playa Sur y malecón en la década de 1950, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: Rod. (Miguel Rodríguez Villanueva).

Antiguo malecón y paseo Álvaro Obregón en la década de 1960, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: Rodríguez (Miguel Rodríguez Villanueva).

Antiguo Kiosco del malecón en la década de 1950, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: L.Rodríguez (Leonor Rodríguez Villanueva).

Antiguo kiosco del malecón y paseo Álvaro Obregón en la década de 1950, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: Rodríguez (Miguel Rodríguez Villanueva).

Calle 16 de septiembre y glorieta del kiosco del Malecón en la década de 1940, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Antiguo Palmar de Abaroa cerca de la década de 1940, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Antiguo Balneario El Coromuel en construcción en la década de 1920, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Antiguo Balneario El Coromuel en la década de 1950, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: Rodríguez (Miguel Rodríguez Villanueva).

Antigua Casa Ruffo (La Perla de La Paz) en la década de 1940, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Antiguo jardín Velasco y templo de la parroquia de Nuestra Señora de La paz en la década de 1940, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Antigua escuela No.3 y casas contiguas en la década de 1930, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez).

Fábrica de la Tenería Suela Viosca en la década de 1940, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez)

Antigua Escuela No.3 en la década de 1920, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez)

Antiguo Hotel Perla en la década de 1940, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: C.Rodríguez (Cleotilde Villanueva Suárez de Rodríguez)

Panorámica de Las Cruces en la década de 1960, Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Foto: Rod. (Miguel Rodríguez Villanueva).
#24
LA ANTIGUA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE LA PAZ
Gilberto Piñeda Bañuelos
La Catedral de Nuestra Señora de La Paz está ubicada como todos sabemos en la calle Revolución entre 5 de mayo e Independencia en el mero Centro Histórico de la ciudad de La Paz. Antiguamente, la calle Revolución se llamaba calle Parroquia, esto fue hasta 1886, año en que el Ayuntamiento de La Paz realizó la primera reforma catastral cuando tomó el nombre de calle Tercera y antes de ser Catedral era el Templo de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz que toma su nombre de la Misión. La Misión no estaba en este lugar sino en otro.
La Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz fue fundada en 1720 por los padres jesuitas Jaime Bravo y Juan de Ugarte y se establecieron subiendo la loma al sur de la desembocadura del gran arroyo central (probablemente a la altura del actual cruce de las actuales calles Degollado entre Zaragoza y Madero) donde permaneció hasta 1748, año en que se trasladó a la Misión de Santa Rosa de Todos Santos. Después de la expulsión de los Jesuitas en 1768 por la corona española que habían establecido el sistema misional, fueron sustituidos sucesivamente por sacerdotes Dominicos y Franciscanos; sin embargo, la iglesia católica sustituyó gradualmente el sistema misional por un sistema parroquial que funcionó durante el siglo XIX y hasta nuestros días.
Antes de que la corona española ocupara la península de la California a principios del siglo XVI, en los alrededores de la Bahía de La Paz vivían cientos, si no es que miles de indígenas cazadoresrecolectores-pescadores de la lengua Guaycura y Pericú a quienes los jesuitas intentaron convertirlos a la religión católica a través del sistema misional; sin embargo este propósito evangelizador no se pudo cumplir a cabalidad pues para fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX el mundo indígena había desaparecido casi por completo de la Bahía de La Paz y sus alrededores, por lo tanto, el puerto de La Paz que después se convirtió en Ciudad fue producto de un nuevo flujo migratorio que gradualmente fue dando forma a las familias paceñas y una nueva generación de hombres y mujeres que profesarían en su gran mayoría la religión católica y que a mediados del siglo XIX asistirían al único templo que había en esa época: la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz.
Actualmente la división eclesiástica de la estructura de la Iglesia católica está formado por Decanatos, Parroquias y Rectorías con base en el Derecho Canónico. La Parroquia es concebida como un espacio territorial “para la mejor atención de los fieles” con el criterio de “equilibrar la extensión del territorio, la comunicación a través de caminos y carreteras y el número de fieles; de tal manera que estos puedan ser mejor atendidos” por los sacerdotes; mientras que el Decanato está formada por Parroquias y Rectorías; por ejemplo, hasta 2013 en la ciudad de La Paz había tres Decanatos: el Decanato de Catedral formada por cinco Parroquias y una Rectoría; el Decanato del Corazón de María con cuatro Parroquias y 1 Rectoría; y el Decanato de San Juan Bautista con cinco Parroquias (al parecer en la actualidad han aumentado el número de Parroquias).
No sabemos a ciencia cierta cuantas personas de la ciudad de la Paz profesan la religión católica en la actualidad, pues algo dicen lostemplos no católicos que han aumentado considerablemente en los últimos años; pero los datos censales que el Inegi dio a conocer en su momento señalan que casi el 85% de los personas de la ciudad son católicas, es decir, más de 182 mil; estamos hablando del censo de 2010 cuando La Paz tenía poco más de 215 mil habitantes. En 2015 la población estimada de la ciudad rebasaba las 244 mil personas, por lo tanto, en el supuesto de que el porcentaje se haya mantenido, habría en la ciudad de La Paz más de 207 mil personas que profesan la religión católica, que no son pocas.
Hay que recordar que desde el siglo XIX y hasta inicios de la década de 1940 solo existió un templo católico en la ciudad que fue justamente la sede de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz; década en que se inició la construcción del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe que empezó a funcionar entre 1945 y 1946 cuando todavía “la construcción del Santuario seguía adelante” tal como se anotó en el libro eclesiástico consultado. El escribano de ésta misma fuente señala que para enero de 1957 en la ciudad de La Paz ya “tenemos ya tres capillas: El santuario de Nuestra Señora de Guadalupe que tiene también un orfanatorio bajo el cuidado del padre Carlos Tonzzini y el hermano Ferrari. El Sagrado Corazón de Jesús que tiene también un salón de actos y está a cargo del padre Mario Menghini y San José del Esterito a cargo del padre Dante Bronzato quien está llevando a cabo un salón de 30 metros de largo por 11 de ancho”, o sea que se estaba construyendo de material duradero en este barrio.
Otro dato interesante es que los fieles católicos de las generaciones que nacieron a finales de la década de 1930 y en las décadas de 1940, 1950 y 1960 visitaban el monumento de la Virgen de Guadalupe que era a la vez una fuente en forma de pila que fue construida a mediados de la década de 1940 en la parte norte del Atrio estando encargado de la Parroquia el padre Agustín Acuares; está fuente-monumento y el atrio cercado, completó la identidad del templo de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz; sin embargo, para las generaciones que nacieron en la década de 1970, este patrimonio cultural del templo se había perdido, ya que al finalizar la década de 1960 según el escribano del libro eclesiástico consultado señala que en octubre de 1968 “comenzamos la renovación exterior de la catedral para ponerla en armonía con la plaza” (Recordemos que pocos años antes, el gobierno del General Bonifacio Salinas Leal había dejado sin identidad histórica a La Paz al demoler la antigua Casa de Gobierno y el Kiosco del jardín Velasco para convertirla en una gran Plaza, dejando en despoblado este espacio público).
Un dato adicional por demás interesante es identificar quienes fueron los párrocos de la antigua Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz desde el momento en que se inició la construcción del templo hasta la última etapa de los padres Combonianos, que se encuentran enlistados en el libro eclesiástico consultado y que fueron en el siglo XIX los padres Mariano Carlón (1855-1893), Saturnino Campoy (1894-1895) y Luis Pertinelli (1895-1909); en el siglo XX los padres Domingo Scarpetta (1909-1912), Juan Rossi (1912-1917), Agapito Ramírez (1918-1919), José Negrete (1919-1922), Alejandro Ramírez (1922-1934), Modesto Sánchez M. (1934-1936), Alejandro Ramírez (1936-1939) , Monseñor Narcisco Aviña y Jose Quijada (1939), Guadalupe Álvarez y Gabriel Acosta (1939-1945), Agustin Alvarez (1945-1948); Ellio Sassella (1948-1951), Zelindo Marigo (1951-1952), Carlos Pizzioli (1953-1961), Luis Ruggera (1961-1966), Juan Fortuna (1966- 1969), Hermenegildo Zanuso (1969) y Bernardo Becchio (1969-1973).
Regresando de nuevo al principio de esta historia:
Imaginemos el puerto de La Paz a mediados del siglo XIX cuando todavía no existía la traza regular de las manzanas y cuando la población apenas rebasa los mil habitantes (Según el censo publicado por Ulises Urbano Lassepas, en 1857 había 1 mil 057 habitantes), en esa época el templo estuvo en la “Loma Sur” y a partir de 1861 ya se tenía el solar de la iglesia frente a la plaza (actual jardín Velasco), mientras que el cementerio se encontraba a espaldas, contiguo al camino de salida a la comunidad de La Huerta, justo en la manzana formada por las actuales calles Independencia, Aquiles Serdán, Reforma y Guillermo Prieto, que en ese tiempo no tenían nombre ni estaba trazada la manzana.
La “Loma Norte” como se le conoció en el pasado al lugar donde se encuentra actualmente el templo de la Catedral de Nuestra Señora de La Paz es una planicie con pendiente muy suave que sube hacia el oriente de la ciudad muy semejante a la “Loma Sur” que también se le conoció como la “Loma de la Iglesia” donde alguna vez estuvo el templo de la Misión y después una capilla parroquial, que fue sustituida por el templo monumental de la “Loma Norte” construido con muros de piedra de cantera rosa y piedra braza negra-grisácea traída de los cerros cercanos unida a “Cal y Canto” en el lugar donde ahora se encuentra la Catedral (la cal que se utilizó procede de piedra caliza que se mezcla con agua y arena para adherir la piedra traída de los cerros cercanos que ha sido cortada en bloques, que se le conoce como “Canto” y así construir lo altos muros del templo).
Los historiadores han documentado que desde 1835 el templo de la Parroquia de nuestra Señora del Pilar de La Paz empezó a proyectarse, pero más bien se trataba de la capilla de la” Loma Sur”; también se ha documentado que para el 4 de mayo de 1850 se había iniciado a construcción, habiendo colocado la primera piedra el jefe político Rafael Espinoza; lo cierto es que sería entre 1861 y 1865 cuando se construye el templo sin las torres del campanario y sin la cerca del atrio que en ese momento era una sola plaza de tierra que se extendía desde la salida del templo hasta el lugar donde estarían posteriormente el Jardín Velasco y la Casa de Gobierno como ha sido documentado por un pintor de la época no identificado, pintura que fue fotografiada en las primeras décadas del siglo XX por un fotógrafo destacado que firma como “Olmedo” y recientemente restaurada extraordinariamente por Simón Mendoza de www.cálifornax.com. Se sabe que la construcción del templo estuvo a cargo del maestro albañil Manuel Ortiz, siendo encargado de la Parroquia el padre Mariano Carlón y Obispo Don Juan Francisco Escalante y Moreno Vicario Apostólico de La Paz Baja California, que por cierto se encuentra sepultado a un costado del Altar.
El paisaje urbano de la “Loma Norte” había cambiado radicalmente con la construcción monumental de piedra, el cercado y el arbolado del Atrio de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, que permaneció sin torres hasta 1910, año en que se inauguró la torre sur del campanario siendo párroco el padre Domingo Scarpetta. Asi se describe en un documento el edificio en un inventario general del Templo Católico de La Paz que se encuentra en el Archivo Histórico Pablo L. Martínez fechado en 1918: “edificio (templo) en forma de cruz, construido de cantera, con una torre del mismo material al frente, con tres cruces de fierro distribuidas en las cúspides, techo de tejamanil, bóveda de madera pintada al óleo y piso de madera.” La torre norte del campanario se construye en los primeros años la década de 1920 por iniciativa párroco Alejandro Ramírez.
A todo esto hay que agregar la estrecha relación que tiene el Templo de la antigua Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con los panteones que había a finales del siglo XIX: los que se encontraban en la manzana posterior y en las manzanas donde actualmente se encuentran los estadios Arturo C. Nahl y Guaycura, que fueron conocidos como el “Panteón” y el “Cementerio”, así como el histórico panteón de Los Sanjuanes. Y es que en la gran mayoría de los casos, las personas fallecidas eran trasladas en una carroza de tracción animal desde su casa en procesión a pie hacia el templo de la parroquia donde se oficiaba la misa para después ser trasladado en una larga procesión a pie por toda la antigua calle Tercera (actual calle Revolución) hasta el panteón de Los Sanjuanes que en esa época se encontraba muy lejos de la ciudad en un solar de una hectárea que estaba ubicada frente a un terreno que había sido desmontado donde se encontraban los hornos donde se fabricaron los ladrillos para las construcciones que fueron dado forma urbana a La Paz.
Para concluir, hay que destacar los tres elementos que dan identidad histórica-cultural al templo de la antigua parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, actual Catedral: 1)el edificio propiamente dicho del templo que se conserva intacto, 2)el Atrio cercado desde el siglo XIX y 3)El monumento de la virgen de Guadalupe y su fuente en forma de pila que se encontraba en la parte norte del atrio. Estos dos últimos elementos identitarios del templo ya no existían para la década de 1970.
El Atrio cercado y la fuente-monumento a la virgen de Guadalupe, son para nosotros parte del patrimonio cultural edificado perdido de la Catedral de La Paz que le ha quitado identidad histórica al templo. Justamente, esa pérdida, es el motivo por el cual el Centro de Documentación de Historia Urbana del que soy responsable en la Universidad Autónoma de Baja California Sur, gracias al joven arquitecto Ivan Alegría Jiménez, becario, ha elaborado una réplica a escala 1:100 de una maqueta de la Antigua Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz de mediados del siglo XX, cuando todavía el templo conservaba su identidad con el atrio cercado y la fuentemonumento de la virgen de Guadalupe; con el propósito de que la población católica, los practicantes laicos, los sacerdotes y religiosas, las autoridades eclesiásticas y el Instituto Nacional de Antropología e Historia se sumen a la reconstrucción y rescate histórico de la FuenteMonumento de la virgen de Guadalupe y del atrio cercado. Que así sea.

Mapa de La Paz elaborado con motivo de la ocupación del puerto por parte del ejército de los Estados Unidos en 1847 donde se aprecia la ubicación del templo de Nuestra Señora de La Paz en la Loma Sur y el Panteón Municipal en la Loma Norte (Imagen digitalizada proporcionada por Simón Mendoza y Eligio Moisés Coronado).

Pintura de la construcción del templo de la Parroquia de nuestra Señora del Pilar de La Paz frente a la plaza de tierra durante la primera mitad de la década de 1860 (La imagen es una restauración digital realizada por Simón Mendoza utilizando una fotografía tomada por “Olmedo” que a su vez fue tomada de una pintura de autor no identificado).

Templo de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con atrio cercado y abundante arbolado desde la esquina de calle tercera e Independencia (Foto: Archivo Histórico Pablo L. Martínez, AHPLM, ca. décadas 1890-1900).

Templo de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con la torre norte del campanario en construcción (Foto: Archivo Histórico Pablo L. Martínez, AHPLM, 1922).

Templo de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con atrio cercado desde la esquina de calle Tercera e Independencia en 1910 (Foto: Archivo Histórico Pablo L. Martínez, AHPLM, 1910).

Templo de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con atrio cercado desde la esquina de calle Tercera e Independencia en la década de 1930 (Foto: Archivo Histórico Pablo L. Martínez, AHPLM, ca. década 1930).

Templo de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con atrio cercado desde el Jardín Velasco (Foto: Archivo Histórico Pablo L. Martínez, AHPLM, ca. década 1930).

Templo de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con atrio cercado desde el Jardín Velasco (Foto: Archivo Histórico Pablo L. Martínez, AHPLM, ca. década 1940).

MAQUETA del Templo de la Antigua Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz con atrio cercado y Fuente-Monumento de Nuestra Señora de Guadalupe, escala 1:100 (Autor: Arq. Iván Alegría Jiménez, CEDOHU, 2018).

Monumento-Fuente de Nuestra Señora de Guadalupe en la parte norte del Atrio cercado de Templo de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz (Foto: Archivo Histórico Pablo L. Martínez, AHPLM, ca. década de 1940)

Niña en la Fuente-Monumento de Nuestra Señora de Guadalupe después de su primera comunión (Foto: Archivo Personal de María Elena Isais Verdugo, 1947).

MAQUETA de la Fuente-Monumento de Nuestra Señora de Guadalupe en la parte norte del Templo de la Antigua Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, escala 1:100 (Autor: Arq. Iván Alegría Jiménez, CEDOHU, 2018).

Carroza en el funeral de Don Filemón C. Piñeda en la calle Tercera frente al atrio del Templo de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz en 1922 (Foto: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos, 18 de mayo de 1922)

Caminata del funeral de Don Filemón C. Piñeda por la calle Tercera, al fondo el Templo de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de La Paz en 1922 (Foto: Archivo Familiar Piñeda Bañuelos, 18 de mayo de 1922)